Casa del Niño : lo extraordinario en lo cotidiano | Custodia Terrae Sanctae

Casa del Niño : lo extraordinario en lo cotidiano

A dos pasos de la basílica de la Natividad y a tres días de la Navidad, la Casa del Niño (Franciscan Boys Home) se prepara para recibir al Niño Jesús.

La Casa del Niño acoge a una treintena de niños, entre los 6 y 8 años, de familias necesitadas, de los que la mitad son externos. Todos ellos se han reunido en la capilla de la escuela para celebrar la misa de Navidad, presidida por fray Pierbattista Pizzaballa, custodio de Tierra Santa. En su homilía, traducida al árabe por fray Marwán Di’des, director de la Casa, ha tratado de la simplicidad de la Navidad. «Siempre esperamos de Dios cosas extraordinarias, grandes intervenciones para cambiar el mundo, pero lo que ocurrió en la Navidad es, por el contrario, de una gran simplicidad. Fue algo del todo ordinario –ha empezado diciendo el custodio-, pero mirad cómo los pastores se dieron cuenta de que había algo extraordinario en todo esto. Dos mil años después, tenemos que hacer lo mismo con nuestro prójimo, con nuestro hermano, con las personas que conocemos. La Navidad es esto –ha resumido después-, tener una mirada siempre nueva de lo cotidiano y de nuestro hermano».

Al salir de la misa todos esperaban a alguien: ¡a Papá Noel! Los más pequeños saltaban de impaciencia, los más grandes llamaban por su nombre verdadero a quien se escondía detrás de una falsa barba. El custodio y fray Peter Vasko, presidente de la Fundación Franciscana para Tierra Santa (para saber más, visita el sitio en internet: www.ffhl.org), han distribuido los regalos. Fray Marwán ha llamado a los niños, uno a uno, buscando a los que faltaban. Después, el grupos de chicos y futuros hombres ha ido a celebrar una comida de fiesta.

La Casa del Niño es como una familia y fray Marwán y las religiosas franciscanas misioneras de María, con el apoyo de familias palestinas de Belén y de Jerusalén, se encargan de mantener siempre vivo el calor del hogar.