Capítulos regionales de Galilea y de Judea | Custodia Terrae Sanctae

Capítulos regionales de Galilea y de Judea

22 y 24 de abril de 2008. La crónica diaria a menudo es causa de preocupaciones y tensiones, dando cuenta de sucesos tristes o problemáticos. Por eso es hermoso poder referir también momentos de alegría, y alegrarse por esos días que nos transmiten esperanza. Así, podemos decir que los franciscanos de Tierra Santa han vivido una experiencia de fraternidad evangélica con la conclusión del camino anual de formación permanente. Los días 22 y 24 de abril en el santuario del Monte Tabor primero, y luego en el de Emmaús, se han celebrado los Capítulos regionales de Galilea y de Judea, que ya son una cita anual en la vida de la Custodia. La participación, numerosa y festiva, de tantísimos frailes era elocuente por sí misma para testimoniar el deseo de compartir y profundizar en el don de la vocación.

Como de costumbre, las jornadas han sido ricas en oración, en el compartir fraterno y en sugerencias formativas. La celebración de los Laudes por la mañana y de la Eucaristía por la tarde ha sido el marco de oración en el que se colocaba toda la jornada, y servía para dar sentido a todos los actos. La temática central de este año ha sido “El dinamismo de la fe en la vida fraterna”. A este tema, fra Carlo Serri ha dedicado una reflexión, recorriendo un itinerario inspirado en la Sagrada Escritura. El encuentro personal con el Señor se ha manifestado como el momento culmen e imprescindible para una vida religiosa coherente y armoniosa. La reflexión después se ha concentrado sobre la centralidad del acto de fe y sobre sus dinamismos, y en la evolución concreta de un itinerario religioso personal y comunitario. En fin, en relación a la comunidad apostólica de Jerusalén, se han indicado algunos ámbitos concretos de actuación en el anuncio de la fe: enseñanza, liturgia, comunión y servicio.

El Custodio, fra Pierbattista Pizzaballa, ha retomado los temas de la conferencia adaptándolos a las situaciones existenciales y prácticas de nuestra vida de frailes en Tierra Santa. Se han expresado esperanzas y dificultades, y se han ofrecido estímulos concretos para una encarnación coherente de los valores de la fe en la fraternidad y en la misión. Es el paso atrevido y a veces doloroso entre la fe teórica y su concreción en la vida cotidiana, que exige un amor apasionado y humilde a Cristo crucificado. La meditación comunitaria ha continuado en grupos de estudios en los que los frailes han compartido sus experiencias, en actitud de reconocimiento y valoración serena del camino recorrido. La meditación objetiva de la verdad del hoy es la mejor base para emprender, con vigor renovado, nuevos caminos de vida y de apostolado. Además de la crónica, debemos poner de relieve, como actitud dominante, un gran deseo de fraternidad, disponibilidad a comprometerse más profundamente en la vida espiritual, una adhesión sincera a las propuestas de formación permanente. Un aspecto significativo de las jornadas ha sido la acción de gracias comunitaria por los frailes que este año celebran el 25º ó 50º aniversario de la profesión u ordenación sacerdotal.

Uno de los valores más hermosos que nos une, ha concluido el Padre Custodio, es el amor, radical y sincero, por la Tierra Santa. A pesar de la diversidad personal, todos nos reconocemos en la misión que la Iglesia nos ha confiado: la custodia de los Santos Lugares y el sostenimiento de la comunidad cristiana local. No se trata de un encargo burocrático sino del ofrecimiento de nuestra vida al Señor Jesús, en el cumplimiento fiel de la misión que Él mismo nos confía, al servicio del Evangelio.

fra Carlo Serri ofm