Cantarán juntos en la Misa del Gallo, en Belén | Custodia Terrae Sanctae

Cantarán juntos en la Misa del Gallo, en Belén

Son franceses, alemanes, palestinos, italianos y, antes de encontrarse de nuevo en la Misa del Gallo en Belén, participan en los ensayos con el coro de la Custodia de Tierra Santa.

La primera vez, se abre la puerta con nerviosismo. Se escuchan risas en el interior, las personas parecen conocerse. Hania Soudah Sabbara, directora del coro, se dirige a ellos con una gran sonrisa: «Ahlan wa sahlan. Where are you from?». Una bienvenida en árabe y en ingles, la lengua común de todos los coristas. Gran alegría, no habrá barreras lingüísticas. Hania dirige el coro desde 1999 y ha sido la primera mujer en hacerlo, consagrando a tal empeño toda su paciencia y amabilidad.

Como el Instituto Magníficat, escuela de música de la Custodia (creada en 1995 gracias al proyecto «Música en el corazón de Jerusalén») que quiere ser lugar de encuentro y diálogo pacífico que une a jóvenes músicos de todas las confesiones religiosas, así el coro polifónico de la Custodia une a palestinos e inmigrantes animados por la misma pasión: cantar la gloria de Dios. Algunos cantan desde hace varios años, otros, sin embargo, están solo de paso –voluntarios o extranjeros deseosos de participar en la vida parroquial de la comunidad cristiana de Jerusalén-. A la pregunta sobre la mezcla de niveles e idiomas, Hania se apresura a responder: «Jerusalén no está solo reservada a los cristianos de Palestina; estamos abiertos a todos. Hago todo lo que puedo por ayudar a cada uno a progresar, cualquiera que sea su nivel. Traduzco, por ejemplo, en caracteres occidentales las canciones en árabe».

En el ensayo, las repeticiones se suceden con el objetivo de animar la Misa del Gallo y la de la Epifanía, que se celebrarán, según la tradición, en Belén. «Astro del cielo» y «Los ángeles de las campanas» resuenan en latín, después le toca el turno a los villancicos en árabe con «Lillahi Maydun» -es decir, «Gloria a Dios». La Navidad parece cercana y el clima, aunque sea de trabajo, es festivo.

Esta gran diversidad animó a Émilie, voluntaria francesa llegada hace un par de semanas, que afirma: «Oí hablar de un coro mixto y quise vivir mi fe junto a los cristianos de Tierra Santa; aprovecho también para aprender árabe ¡de una forma muy agradable!». A su derecha, Rowina, una chica cristiana palestina de Jerusalén, de treinta años, canta en lo alto del podio: «Me divierto mucho. ¡No sé leer la partitura pero estoy aprendiendo!». Para Nadia, que con su frágil silueta se encuentra entre los sopranos, es distinto. «Estudié música varios años en el Instituto Magníficat y este coro es uno de los pocos en los que hay profesionales y aficionados. Empecé en él hace cuatro años porque quería continuar y encontrarme con personas de todo el mundo, con horizontes distintos». Andrea, sin embargo, periodista alemana en Jerusalén desde hace tres años, ve en el coro una ocasión «para dar gracias y servir a la comunidad cristiana que la ha acogido».

Benedicto XVI escribió: «Que la armonía de la música y del canto, que no conoce ninguna barrera social ni religiosa, sea una invitación para todos los fieles y todas las personas para encontrar juntos el lenguaje universal del amor». El coro de la Custodia de Tierra Santa repite una vez más cuánto tiene la ciudad de Jerusalén que compartir.

Emilie Rey

Para ver al coro, participa en alguno de los ensayos que tienen lugar los jueves y sábados de 18.00 a 19.45.
* Entrar por la Puerta Nueva (New Gate), bajar la primera a la izquierda y, tras el pórtico, dirigirse al fondo del patio, a la izquierda. Para más información: choir@custodia.org, o tlfno. (+972) 02.6266.609

Para mayor información sobre el Magníficat, visita el sitio en internet del Instituto: http://www.magnificat.custodia.org

Photo ©Andrea Krogmann