Bendición de la capilla restaurada de la Virgen en la iglesia de Santa Catalina de Belén | Custodia Terrae Sanctae

Bendición de la capilla restaurada de la Virgen en la iglesia de Santa Catalina de Belén

Sábado, 26 de junio.Es la parte más antigua de la iglesia y, desde el siglo XVIII hasta hoy, ha conservado las distintas decoraciones que se han ido sobreponiendo mientras que las candelas, siempre encendidas, habían estropeado cada uno de los frescos del altar y el bello marco de plata que protege la imagen de la Virgen. Ahora la capilla, situada entre un muro cruzado y otro bizantino, se yergue con toda la majestuosidad de su historia y de la renovada y simple belleza de su original estructura.

Ha sido el vicario custodial, fray Artemio Vítores, quien ha presidido las vísperas y ha dedicado una profunda reflexión a título del altar de la Virgen: Tota pulchra est Maria. La imagen (arte catalán de inicios del 1900) de la niña de Nazaret es hermosa. La maestría y paciencia del maestro Marek Wesolowski, restaurador de Cracovia, han sido exaltadas por la iluminación; pero hay que decir que era necesario llevar a cabo este fino trabajo que él ha realizado para devolver a la luz la sutilísima decoración del vestido. La imagen parece estar revestida de un vestido de chifón y el bailar de las llamas de las candelas parece hacerle moverse y brillar. Los angelitos parece que van a ponerse a volar… Abajo, en la vitrina, rehecha de nuevo con la restauración, la imagen de un angelito reposa sobre una cuna de plata.

Han venido algunos frailes de San Salvador, otros de Ain Karem, también las Hermanas y el fraile de Emmaús, algunos amigos… todos a celebrarlo en esta iglesia que, desde finales de noviembre pasado, tiene en el techo algunos relieves en oro y que, durante el día, nos hace pensar que… ¡ha venido a visitarnos un sol nace de lo alto!
Fray Artemio interpreta nuestra alegría aspergiéndonos largamente al finalizar la bendición de la capilla restaurada.

En alto, en la pared de al lado, hay un espacio vacío listo para acoger… ¿a san Francisco, inventor del belén?, ¿a los santos inocentes? Fray Jerzy piensa más bien en san Jerónimo cuya gruta comienza justo allí abajo. “El Verbo estaba junto a Dios y el Verbo era Dios”. Una forma distinta de anunciar la novedad perenne de la Natividad del Señor.

Después, la cena en el refectorio del convento… a la que llegamos tarde pues uno está realmente bien aquí, admirando este trabajo tan bien hecho.

IB