Amar la Tierra Santa poniendo a Jesús en el centro de todo: jornada conclusiva del III.er Congreso Internacional de Comisarios de Tierra Santa | Custodia Terrae Sanctae

Amar la Tierra Santa poniendo a Jesús en el centro de todo: jornada conclusiva del III.er Congreso Internacional de Comisarios de Tierra Santa

Convento de San Salvador, Jerusalén. 4 de febrero de 2012

En la mañana del sábado 4 de febrero se ha clausurado oficialmente el III.er Congreso Internacional de Comisarios de Tierra Santa. La última sesión de trabajo ha previsto la presentación, por parte de la Comisión designada, del texto final de la guía de trabajo para la actividad de los comisarios, un documento que, tras haber sido aprobado por el Discretorio, se le ha entregado al Ministro general de la Orden. En esta ocasión se ha presentado también el documento conclusivo de los trabajos del Congreso, también preparado por una Comisión designada a tal propósito y que contiene los puntos asumidos por las partes implicadas, la Custodia y los Comisariados.

Tras unas breves palabras de síntesis por parte de fray Giorgio Vigna, responsable de la Oficina de Enlace para la Coordinación de los Comisariados de Tierra Santa y secretario del Congreso, el Ministro general de la Orden, fray José Rodríguez Carballo, ha protagonizado la intervención conclusiva en forma de mensaje dirigido a los comisarios, a la Custodia de Tierra Santa y a la Orden franciscana. Con palabras especialmente intensas, el Ministro general ha señalado a los comisarios algunas indicaciones que se deben tomar como una especie de decálogo programático en el desarrollo de su delicada y preciosa misión. En particular y antes de cualquier otra cosa, ha animado a los comisarios a amar a Jesús y la Palabra de Dios y a asumir el Evangelio como Regla y vida, encontrando de esta forma el camino y el significado auténticos del amor por la Tierra Santa, que se ofrece a los creyentes como el Quinto Evangelio. Con esta sensibilidad en el corazón, la Custodia será el centro de la actividad de los comisarios, que tienen la misión de sostenerla y dar a conocer por todas partes la admirable obra de los franciscanos en Oriente Medio a favor de los Santos Lugares, de las «piedras vivas» de la Iglesia madre de Jerusalén y de los peregrinos, de la apertura ecuménica e interreligiosa, del desarrollo cultural, científico y educativo de la región. Desde esta óptica, los comisarios deberán tener especial cura particularmente en la organización y animación de peregrinaciones, cuyo fin principal es el encuentro con Cristo en su Tierra y la lectura de las Sagradas Escrituras in situ, convirtiéndose así en ocasión para la nueva evangelización, de redescubrimiento de la fe y de encuentro con la diversidad. Por tal motivo, los comisarios deben poner al día adecuadamente su preparación en el campo bíblico, arqueológico y teológico, haciendo que la peregrinación se convierta en una experiencia de fe, de ciencia y de cultura. Fray José ha invitado después a los comisarios a hacer realmente de «puentes» que construyen relaciones eficaces entre las Iglesias locales y los obispos y la Iglesia madre de Jerusalén, presentando las necesidades de las comunidades cristianas de Tierra Santa y animando a todos a ayudar y dar esperanza a su futuro, cultivando relaciones de calidad con la Custodia a través de visitas periódicas y colaborando con las instituciones custodiales para que florezcan vocaciones para la Tierra Santa, y prestando atención a las relaciones con el ministro provincial y con los hermanos de la provincia, implicándoles en el servicio a la Custodia y en las actividades de los Comisariados. Y en todo ello, ha concluido el P. Carballo, debe siempre emerger el estilo francisco, que debe empapar las relaciones, la comunicación, la gestión económica y la promoción de las vocaciones.
El Ministro general ha dirigido después un mensaje a la Custodia, animándola a proseguir en su extraordinaria labor por la Tierra Santa, testimoniando el Evangelio, sirviendo a todos aquellos que viven en estos lugares sin discriminación de ningún tipo y promoviendo la comunicación con todos los que aman y se interesan por la Tierra Santa y, sobre todo, con los comisarios, implicándoles activamente en la vida y en el servicio custodial, en las actividades formativas, en la gestión de la ayuda económica. Finalmente, el P. Carballo se ha dirigido a la Orden, responsable ante la Santa Sede de la custodia de los Santos Lugares, animándola a que cada vez sea más consciente de la importancia de la Tierra Santa, perla de las misiones franciscanas, y envíe frailes idóneos y motivados para servirla del mejor modo.

En su homilía pronunciada durante la santa misa de las 10.00, en la iglesia de San Salvador, el Ministro general, que ha presidido la celebración, ha vuelto después a hablar de la centralidad de la persona de Jesús y de la importancia del encuentro con Él. Partiendo de la actitud de san Juan Bautista, que señala a Jesús como «el Cordero de Dios» (Jn 1,36) e ilumina así a sus discípulos indicándoles quién era el Mesías al que tenían que seguir, fray José ha puesto en evidencia el sentido profundo de la misión de la Custodia y de los comisarios, que entran en estrecho contacto con numerosos peregrinos que visitan la Tierra Santa. «Lo que siempre debemos buscar –ha afirmado el Ministro general- es que los peregrinos se encuentren con Jesús, le amen y le sigan, según la vocación a la que están llamados [...] Nuestra vocación y misión es la de ser testigos de Cristo, llevando a nuestros hermanos el Señor Jesús con nuestra vida y nuestra palabra. Esta es vuestra gran misión, queridos hermanos de la amada Custodia de Tierra Santa; esta es vuestra misión, queridos hermanos comisarios: animar la fe de los peregrinos en el Elegido del Padre, disponiendo el corazón de todos al encuentro personal con Jesús de tal modo que todos se adhieran a su persona». Porque, como discípulos del Bautista que se acercan a Jesús, todo discípulo auténtico es un mendicante de sentido, un hombre en camino, en constante búsqueda, a quien el Señor, que le llama a seguirle, le dice: «Ven y mira» (Jn 1,38-39.46). El encuentro con Cristo es de tal forma extraordinario e impactante que se graba en el corazón, empapa toda la existencia personal y empuja a anunciar a todos la alegría de este encuentro, a contar lo que se ha visto y oído, a restituir la sobreabundancia del don del Evangelio y a proponer a todos «ven y mira».

Durante la celebración litúrgica, en un clima de fraternidad y de alegría sincera, el Ministro general de la Orden junto con el custodio, fray Pierbattista Pizzaballa, ha entregado a cada uno de los participantes en el Congreso, llamándoles uno a uno ante el altar mayor, una bandera con la Cruz de Tierra Santa, símbolo de la Custodia franciscana, y un certificado de participación en el Congreso. La bandera lleva, sobre fondo blanco, una cruz griega potenzada de color rojo y está circundada por otras cuatro cruces más pequeñas. El certificado, personalizado con el nombre de cada uno de los presentes, llevaba impreso el nombre y el escudo de la Orden franciscana, Ordo Fratrum Minorum, de la Custodia franciscana de Tierra Santa y del III.er Congreso Internacional de Comisarios de Tierra Santa 2012.

Al finalizar la santa misa y antes de compartir el almuerzo festivo preparado en el convento de San Salvador, todos los presentes han sido invitados a asistir, en la Sala de la Inmaculada, al concierto ofrecido por la TAU Banda de Acre, introducida y acompañada por su fundador, fray Quirico Calella. Fray Quirico, que anima con gran entusiasmo la iglesia latina de San Juan Bautista de Acre y es director de la escuela local de la Custodia de Tierra Santa, fundó hace alrededor de dos años el TAU Music Center y la TAU Banda, que se están consolidando de forma progresiva a nivel local e internacional gracias al empeño, la dedicación y profesionalidad de muchas personas. La TAU Banda, dirigida por el maestro bielorruso Borsi Ekelchik, acoge a muchachos judíos, cristianos y musulmanes de entre 11 y 15 años, que interpretan con talento y pasión. También en esta ocasión, como en otras anteriores, el concierto de la TAU Banda, que hace de la música un terreno común de encuentro de las distintas personas que viven en Tierra Santa, ha representando un momento particularmente significativo de esa cultura de paz que va, poco a poco, tomando forma en esta tierra tan atormentada.

Texto de Caterina Foppa Pedretti
Fotos de Miriam Mezzera y de Marie-Armelle Beaulieu


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