Alrededor de 2.000 estudiantes franceses en Tierra Santa | Custodia Terrae Sanctae

Alrededor de 2.000 estudiantes franceses en Tierra Santa

Del 21 al 31 de julio, más de 1.700 estudiantes franceses se han acercado en peregrinación “A las fuentes de la Fe”. Ha sido una apuesta un poco loca que ha encontrado una gran acogida por parte de la juventud francesa. De hecho, estaban representadas 74 de las 104 diócesis de Francia y una veintena de obispos se han desplazado para compartir con los jóvenes esta experiencia de hundir las raíces en la Palabra de Dios y en los Santos Lugares, testigos de la Historia de la Salvación.

En grupos de 30 a 50 jóvenes, los estudiantes han recorrido la Tierra Santa de Norte a Sur, encontrándose todos con ocasión de cuatro celebraciones: a la orilla del lago de Galilea; en Belén, en la plaza del Pesebre para la santa misa celebrada por Su Beatitud Mons. Fouad Twal; en Getsemaní, justo donde el Papa Benedicto XVI celebró la santa misa y donde los jóvenes se han reencontrado por dos veces, para una vigilia de oración y al día siguiente para una última celebración eucarística común.

En este amplio grupo de 1.700 estudiantes estaba representada toda la diversidad de la Iglesia de Francia, desde su franja más tradicional a la más progresista, y ha constituido, tanto por los jóvenes como por sus capellanes, sacerdotes o laicos, una bella experiencia eclesial.

Cada grupo ha vivido su propia peregrinación, rica de experiencias espirituales y humanas. Así, por ejemplo, Mons. Laurent Ulrich, obispo de Lille, ha tenido la alegría de instituir como lector y acólito a uno de los seminaristas de su diócesis en el Monte Tabor, y también de impartir el sacramento de la Confirmación a tres jóvenes en Taybeh.

En lo que atañe al lado humano, la peregrinación se ha caracterizado por una intoxicación alimenticia colectiva en el desierto, que ha afectado a un centenar de peregrinos, diez de los cuales han debido ser ingresados. Han estado ingresados dos o tres días y, según los propios enfermos, “también allí hemos vivido experiencias fuertes”, recibiendo alguno de ellos algunas visitas entre las que destaca la de Mons. Marcuzzo, obispo auxiliar para Galilea.

No obstante, en lo que se refiere al aspecto más humano, hay poco que añadir. Los jóvenes han quedado impresionados por la noche que han pasado con familias árabes cristianas, melquitas o maronitas. No se olvidarán fácilmente de la acogida que les han dispensado. Las familias cristianas, que han redoblado sus esfuerzos en atención a sus huéspedes, les han agradecido calurosamente el haber dedicado su tiempo a pararse a conocerles y compartir experiencias juntos. Para muchos jóvenes este encuentro ha sido la experiencia concreta de lo que hasta ahora era sólo un concepto: la universalidad de la Iglesia. “Es genial. Somos cristianos todos juntos, cada uno en su diversidad”. Algunos jóvenes han tenido la oportunidad de acompañar a sus obispos oficialmente al Consulado general de Francia en Jerusalén.

Otros encuentros han causado también huella en los jóvenes, como los dos coloquios en los que han participado para conocer, comprender y debatir lo que se vive hoy en Tierra Santa. El primero ha tenido lugar en la universidad de Belén, y tenía como lema: “Tener 20 años en Belén”. Dos jóvenes estudiantes, una cristiana y otra musulmana, han dado testimonio de sus vidas. De estudiante a estudiante, el contacto se ha establecido súbitamente y la simplicidad de los testimonios ha revelado las mismas aspiraciones, las mismas preguntas con, además, una diversidad sensible y desconcertante: la situación política que late por doquier. Así, María, que está apasionada por la química, ha elegido sin embargo estudiar matemáticas: “Si hubiese estudiado química, estaría en la lista negra y me negarían el permiso necesario para salir de los Territorios. Para los israelíes, el conocimiento de la química es una puerta abierta al terrorismo…”. El testimonio de las dos chicas ha sido acogido con un coro de aplausos.
Otro lugar y el mismo entusiasmo. Los participantes de la peregrinación se han vuelto a encontrar todos juntos el 29 de julio en el palacio de Congresos de Jerusalén para un segundo coloquio dedicado al tema: “¿Cómo vivir juntos?”. Como interlocutores estaban presentes el P. David Neuhaus, vicario patriarcal para la comunidad de lengua hebrea, el profesor Stroumsa, de la Universidad Hebrea de Jerusalén donde es titular de la cátedra “Martin Buber” de historia de las religiones, y el profesor Rein, médico jefe de cardiología infantil que, en el ámbito del programa “Un corazón para la paz”, trata a los niños palestinos de los Territorios.

Durante estos dos encuentros, las numerosísimas preguntas de los participantes han demostrado las ganas de entender la situación. Realmente, han utilizado giros de palabras para interrogar o incluso provocar a sus interlocutores, poniéndoles a veces en una situación embarazosa provocada por una deliciosa ingenuidad, como en el caso de esta pregunta hecha al padre Neuhaus: “Entonces, a fin de cuentas, ¿a quién pertenece la Tierra Santa?”.

No todas las preguntas han encontrado respuesta, ni han quedado satisfechas las curiosidades… pero su entusiasmo ha sido grande, tanto que les ha costado encontrar las palabras justas: “Ha sido super, demasiado, magnífico…”. La verdad es que van a ser necesarios muchos meses para profundizar en todo lo que han recibido. Son muchos los que tienen ganas ya de volver y, en cada caso, de convertirse, en lo que respecta a cada uno y allí donde viven, en artífices de paz para la Tierra Santa y testigos de la vida de Dios, que debería ser una misma cosa.

Mab

El lugar de Getsemaní está preparado para acoger grupos

Desde que se decidió que la santa misa del Papa Benedicto XVI se celebraría en la propiedad franciscana situada en un nivel inferior con relación a la Basílica de las Naciones en Getsemaní, la Custodia pensó en dotar al lugar de las estructuras necesarias que permitieran recibir más grupos, entre ellos, el de los 2.000 franceses que se había anunciado hace tiempo ya. Una parte de las instalaciones previstas con ocasión de la misa papal son permanentes. El palco sobre el que se fijó el puesto del Papa y los obispos se ha desmontado y se ha construido uno un poco más pequeño y el altar de madera sobre el que el Papa celebró se puede montar y desmontar a voluntad. Ha sido en este altar donde el Cardenal André Vingt Trois ha presidido la última santa misa con los jóvenes, rodeado de sus hermanos en el episcopado francés y también de Su Beatitud Mons. Fouad Twal, de Mons. Marcuzzo, Mons. Joseph Zerey, vicario patriarcal de los Melquitas en Jerusalén, Mons. Melki, exarca patriarcal de los sirios católicos, el p. David Neuhaus, vicario patriarcal para la comunidad de lengua hebrea, y por el p. Charles Galichet o.s.b., abad de Abu Gosh.

La Custodia, por tanto, ha acompañado a su modo en esta peregrinación. Además de su acogida discreta en los Santos Lugares, ha asegurado el servicio litúrgico para la santa misa en Belén y Getsemaní, en Jerusalén, además de algún servicio logístico, muy apreciado por los organizadores. Algunos frailes han participado aquí y allá en algunas celebraciones y han quedado impresionados por el fervor de estos peregrinos.

La Custodia está en los Santos Lugares a disposición de los grupos de peregrinos. Aprovechamos esta ocasión para recordar que las inscripciones para las santas misas en los Santos Lugares se hacen siempre a través del Centro Cristiano de Información.