9 de diciembre de 2025
Segundo Martes de Adviento
Fray Graziano Buonadonna
Soy fray Graziano Maria fraile del Convento del Memoriale de San Pablo en Damasco en Siria.
El evangelio de hoy es denso, breve, veloz, como el tiempo de Adviento, porque Dios tiene ansiedad de encontrarnos, de renacer en nuestros corazones.
El inicio de Jesús es tremendo, fulminante: «¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se pierde, ¿no dejará las noventa y nueve en los montes y irá a buscar la que se ha perdido?».
El Pastor de la parábola tiene cien ovejas y no ha perdido el gusto por la relación individual con cada una de ellas. Busca a la oveja perdida porque cada relación vale por cien.
El Pastor demuestra a la perdida que no ha perdido el gusto, el interés por ella. ¿Tu esposa, tu esposo, tus hijos, ese amigo o amiga están perdidos porque no los buscas? ¿Por qué no los buscamos? ¿Tenemos todavía interés por ellos? ¿O quizá en nuestro desinterés por aquellos que decimos amar nos estamos perdiendo también nosotros?
El evangelio subraya que el Pastor “deja las noventa y nueve ovejas en los montes”, baja, deja las cimas para buscar abajo a la oveja perdida, como Jesús, el Hijo de Dios que deja lo alto y baja en busca de nosotros, perdidos.
Sobre nosotros hay una fuerza de gravedad que tiene un nombre preciso: el pecado, que pesa y nos impide volar, estar en lo alto y que nos atrae hacia abajo, y el Señor lo sabe.
Se da cuenta de que falta una oveja no porque las cuente, sino porque para el Pastor cuenta cada relación individual. Le falta esa mirada, ese diálogo. Se equivoca Ligabue cuando canta:
El amor cuenta
El amor cuenta
y cuenta los años a quien nunca ha estado listo.
El amor no cuenta, no es un cálculo, y Jesús no ama como nosotros, como dice la canción:
…uno se elige para hacérselo un poco en compañía
este viaje en el que no se vuelve a pasar por la salida.
¡El Pastor quiere estar siempre en nuestra compañía!
¡Ánimo! Dejémonos amar. Es tiempo de ser llevados sobre sus hombros. He aquí el Adviento: Él baja para llevarnos de nuevo arriba sobre sus hombros.
¡Santo camino para todos!
