8º Centenario de la Orden franciscana | Custodia Terrae Sanctae

8º Centenario de la Orden franciscana

2009 ha sido el año del 8º Centenario de la Orden franciscana.

Entrevista a fray Pierbattista Pizzaballa, custodio de Tierra Santa

Part 1

- San Francisco, desde el comienzo de su experiencia espiritual siempre fue un enamorado de la humanidad de Jesús, hasta el punto de fijarse en sus aspectos más físicos. Pensemos, por ejemplo, en Greccio donde quiso revivir el nacimiento de Jesús. Pensemos en La Verna, donde quiso revivir, incluso en su propia carne, la experiencia de la pasión de Jesús. Por eso Tierra Santa es tan importante en la espiritualidad franciscana, porque no hay Encarnación sin Lugar. La Encarnación se realizó aquí, en esta Tierra. Éste es el lugar donde Dios se hizo carne y donde vivió, un lugar geográfico e histórico preciso.

Part 2

- La espiritualidad de la encarnación de Jesús se vive de formas distintas por los franciscanos aquí, en Tierra Santa. Cuando pensamos en la Encarnación no debemos pensar en un aspecto abstracto, debemos ser concretos, como la misma Encarnación exige.
Lo primero es estar aquí, vivir aquí, en estos lugares, en los lugares que son por sí mismos testigos concretos, visibles, de forma física y tangible del paso de Jesús. Pensemos en Nazaret, en Belén, en Jerusalén con sus santuarios. Todos estos lugares nos hablan de la vida de Jesús. Por tanto, el primer modo es el “estar” en estos Lugares en nombre y por cuenta de toda la Iglesia. Es un aspecto muy concreto que exige una gran fidelidad y que se ha manifestado a lo largo de todos estos siglos y que continúa hoy en día.
Un segundo aspecto es el de amar a cada hombre. Jesús –Dios- asumió la naturaleza humana, y por eso en cada hombre está la imagen de Jesús. El franciscano de Tierra Santa debe ser testigo de este amor por el hombre en cuanto tal. No sólo del hombre cristiano, sino también del judío, del musulmán. Cada hombre es imagen de Jesús. Debemos ser testigos, debemos testimoniar aquí la Encarnación de Jesús y la pasión de Dios por el hombre, a través de Jesús.
El tercer modo consiste en ir al encuentro de la humanidad pobre y sufriente ayudando de manera particular a la comunidad cristiana, pero junto a todas aquellas personas que viven con dificultad. No podemos amar la Encarnación de Jesús sin tener una mirada atenta hacia aquellas realidades de pobreza donde aún se ve a Jesús que nos pide ser ayudado.
Estos son los tres modos fundamentales, los aspectos a través de los cuales los frailes franciscanos viven la espiritualidad de la Encarnación. Y ello sin olvidar jamás la Tierra, el paisaje que hace que la palabra del Evangelio que aquí se lee y se comprende en su contexto natural, sea todavía más cercana y familiar y que, a pesar de haber pasado ya dos mil años, sigue siendo aún el mismo paisaje de siempre.

Part 3

La contribución que los franciscanos han hecho por este país es muy variada. Está la contribución del testimonio histórico, que refleja e ilustra la historia de este país. Ochocientos años de presencia han permitido a los franciscanos conservar memorias que son únicas para todos. Todos los que quieran conocer la historia y la vida de este país deben conocer también la historia de los franciscanos. Testimonios que manifiestan la contribución histórica, o de vida, y el vínculo que nos une a esta Tierra.
Hay además una contribución particular que los franciscanos ofrecen a la Tierra Santa y que es un unicum. Los franciscanos están en los Santos Lugares que son las piedras de la memoria, las que nos hablan de la revelación de Jesús. Piedras importantes que nos unen físicamente a aquella experiencia y que unen a toda la Iglesia, no sólo a los franciscanos, a esta Tierra, conservando viva la memoria. Y están también con las comunidades cristianas, que son las piedras vivas, las que tienen viva –junto a los franciscanos- la memoria de la presencia de Jesús en esta Tierra. Esto es el unicum típico de la Custodia de Tierra Santa: unir y mantener vivos estos dos aspectos, las piedras de la memoria y las piedras vivas. Los Santos Lugares, los santuarios nos hablan de Jesús y la comunidad cristiana es el mismo Jesús vivo.

Part 4

La ayuda concreta a las piedras vivas, a la comunidad cristiana, pasa a través de algunas actividades específicas, sobre todo de las actividades de carácter pastoral. Son 29 las parroquias y comunidades cristianas que están directamente dirigidas por los franciscanas. Además están las escuelas, que tienen un papel muy importante en este país, en esta Tierra. Son escuelas mixtas, es decir, abiertas a cristianos de todas las denominaciones y a los musulmanes. En ellas, los cristianos y los musulmanes crecen y estudian juntos y son escuelas que dan una formación, conservan y construyen una identidad cristiana para esta comunidad.
Entre las muchas obras de carácter social pienso fundamentalmente en las casas para niños con dificultades, o que provienen de familias con problemas. Estamos programando actividades para ayudar a los chicos y jóvenes drogodependientes, respondiendo así a un problema muy grave en este país.
Otro problema es el de la vivienda. Es muy difícil encontrar una casa, un lugar donde vivir para las comunidades cristianas. Los frailes de la Custodia intentan, a través de iniciativas y la ayuda de toda la Iglesia universal, crear oportunidades de trabajo y construir casas para las familias cristianas.
Tenemos Residencias para ancianos solos y abandonados y otras muchas actividades sociales. Todas surgen de la determinación, del encuentro, de una necesidad concreta que se manifiesta dentro de la comunidad cristiana.

Part 5

La Orden de los Frailes Menores ha celebrado los 800 años desde su fundación. En los años de preparación para este centenario ha habido muchas celebraciones y, como en toda orden que celebra su propio jubileo, nos hemos preguntado qué es lo que hacemos, y hemos hecho un poco el balance de nuestra vida.
Pensando en nosotros, los frailes de Tierra Santa, y en nuestro balance, la primera cosa que me viene a la cabeza con espontaneidad es una acción de gracias a Dios por tantos hermanos que en el pasado y hasta el día de hoy han gastado su vida por esta Tierra, por estos santuarios, ¡con una fidelidad admirable! Los santuarios son lugares hermosos, pero exigen constancia y una abnegación de sí mismo muy fuerte, cada día, todos los días, continuamente y por tantísimos años. A veces se trata de hacer gestos muy simples: preparar las vinajeras, el cáliz para las misas… Los peregrinos vienen y se van muy rápidamente, pero se les ofrece la posibilidad de disfrutar de momentos de oración.
Nuestra misión es la misma, la de siempre. Y siempre será así. Las cosas que hay que hacer no cambiarán. Quizá cambie la forma en que debamos hacerlas, pero la pasión, el amor, la fidelidad que se nos pide serán siempre las mismas. Debemos pedir a Dios, con gratitud, la fuerza de hacer lo que nuestros padres siempre han hecho.

Part 6

Cuando a voy a las distintas realidades en que está presente nuestra Orden, fuera de Tierra Santa, intento siempre recordar a los frailes que la Tierra Santa forma parte del carisma de la Orden, no menos que aquellos que llamamos los santos lugares franciscanos.
La Tierra Santa, porque pertenece a la experiencia humana de Jesús, a la Encarnación de Jesús, tan amada por san Francisco, forma parte de la experiencia de la Orden desde su comienzo. Por eso es tan importante para toda la Orden mirar a la Tierra Santa de forma atenta y cercana.
Es fundamental venir a Tierra Santa, e incluso intentar crear vínculos más fuertes entre las distintas realidades de la Orden y la Tierra Santa que forma parte de nuestro corazón.
Necesitamos, como frailes de Tierra Santa, de la ayuda, de la cercanía, del amor de toda la Orden. Y necesitamos también de la presencia de muchos frailes de toda la Orden aquí, en Tierra Santa.