60º Aniversario de la Ordenación sacerdotal de fray Pedro Tomé Merino | Custodia Terrae Sanctae

60º Aniversario de la Ordenación sacerdotal de fray Pedro Tomé Merino

12 de marzo. Con algún día de anticipación hemos querido compartir la alegría del sexagésimo aniversario de la ordenación presbiteral del padre Pedro Tomé Merino, que ha presidido la eucaristía, frente a la Santa Gruta de la Anunciación, en presencia del Vicario Custodial, fray Artemio Vítores ofm, y de muchos frailes hermanos venidos de Judea y Galilea.

Fray Artemio ha destacado en su homilía, la alegría, el entusiasmo y la perspectiva de futuro de la vocación sacerdotal de fray Pedro. El fue tomado por los hombres para servir al Pueblo de Dios y, con la imposición de las manos, se ha convertido en un alter Christus. A pesar de la edad venerable de fray Pedro, el Vicario le ha exhortado a perseverar en el ejercicio de su ministerio sacerdotal, y a predicar, antes con el ejemplo que con la palabra, la gracia que le ha sido dada.

Tras la comunión, fray Pedro ha querido ofrecer un repaso a su ministerio sacerdotal desde su llegada a Tierra Santa desde España, en el lejano 1951. Enviado en 1959 a Damasco (Salhiyeh), conoció allí el mundo de las iglesias orientales. Después pasó a Estambul (Turquía), donde se encontró con el Islam, en el diálogo ameno con los estudiantes turcos que frecuentaban nuestro convento para estudiar la lengua española. Al final se ha detenido en el tiempo transcurrido en Jaffa (Tel-Aviv), donde se encontró con el mundo hebreo, en el campo cultural. Con gran emoción ha contado sus relaciones con los judíos, religiosos y laicos, que en gran número participaban en los conciertos organizados en la iglesia de san Pedro y que, en distintas corales israelíes, interpretaban famosas piezas como el Ave Verum, O Sacrum Convivium, Ave Maris Stella, la Misa II Pontifical de Perosi, etc. Ha recordado su apostolado en San Pedro, entre los inmigrantes, especialmente los chilenos y colombianos, juntos durante la primera Intifada en Israel.

La Misa la preparó especialmente el homenajeado hasta en sus más mínimos detalles, incluidos los cantos, en lengua árabe, italiana y española, animados por la Comunidad Shalom y la Comunidad New Life, que acompañan siempre las distintas actividades del Santuario. Tras la celebración, los presentes fueron invitados a un ágape fraterno, servido en el antiguo local de la Acción Católica, frente a la Casa Nova. A continuación nos hemos dirigido al convento para la cena solemne en honor de nuestro padre Pedro. ¡Ad multos annos!