1300 personas en peregrinación con el Cardenal Tettamanzi | Custodia Terrae Sanctae

1300 personas en peregrinación con el Cardenal Tettamanzi

Acoger a los peregrinos y permitirles rezar en los Santos Lugares forma parte integrante de la vocación de la Custodia de Tierra Santa. Esta misión se puede convertir en un hábito.

Pero ciertos grupos se distinguen, como en estos últimos meses aquel grupo de cuarenta lituanos llegados a pie desde Vilnius, o aquel grupo de italianos venidos, no para visitar el país, sino para rezar por la paz, una semana entera, delante del Santísimo Sacramento en Belén.

Este mes de marzo de 2007, un grupo ha hecho que se hable de él en la Custodia. Es la peregrinación de la diócesis de Milán, que ha venido para acompañar y estar al dado de S. E. el Cardenal Martín, arzobispo emérito, retirado en Jerusalén. La peregrinación la guiaba el Cardenal Tettamanzi, arzobispo actual de la diócesis de Milán, que celebraba, a su vez, sus 50 años de sacerdocio. El padre Norberto Valli ha declarado: “Acompañar a nuestros obispos, estar a su lado en estos días de fiesta, en la tierra donde el Señor ha llamado a los primeros apóstoles, de los que son sus sucesores, es un signo muy bonito y manifiesta el sentido profundo de nuestra peregrinación”. Ofrecían una bella imagen de familia eclesial.

Una familia muy grande porque eran poco menos de 1300 personas, divididas en 33 autobuses, y cuya llegada se ha tenido que escalonar a lo largo de tres días. La logística de la peregrinación ha estado muy bien pensada. Cada autobús ha vivido su propia peregrinación, valiéndose de la animación espiritual de algunos seminaristas, “porque el Señor siguen llamando”, y se ha unido al resto en tres ocasiones. La primera vez en Nazaret, para la celebración eucarística en la Basílica de la Anunciación. La segunda para la misa en Belén, en la iglesia de Santa Catalina, al lado de la de la Natividad. Y una última vez en la Basílica de las Naciones en Getsemaní, recibidos por el Custodio, padre Pierbattista Pizzabala, para celebrar un oficio de vísperas con meditación. Han sido tres momentos muy significativos para los peregrinos y también para los franciscanos que les han acogido, y que han quedado sorprendidos porque las celebraciones se han celebrado según el rito ambrosiano, propio de la diócesis de Milán.

En efecto, si el rito romana está difundido prácticamente en la iglesia latina, los católicos en el pasado celebraban según diversos ritos. Así, en la Galia estaba el rito galicano, que fue abolido por Carlomagno para unificar su imperio bajo el rito romano. España ha conocido un rito visigótico, conocido como mozárabe, abolido por el Papa Gregorio XIII –que subsiste únicamente en una capilla de la catedral de Toledo-, y estaba también el rito propio de África del Norte. Sin embargo, el rito ambrosiano no se ha abolido nunca, y sigue donde nació, en la diócesis de Milán (es también igualmente utilizado en una parte de la diócesis de Monza). No obstante, se ha adaptado a la reforma conciliar del Vaticano II. El rito ambrosiano tiene más relación con la iglesia oriental que con el rito latino.

En el Santo Sepulcro el status quo especifica que, entre los católicos, sólo pueden celebrar los latinos. Pero celebrar según el rito ambrosiano quiere decir ser igualmente latino, aunque no romano. Por esta razón, el Cardenal Tettamanzi ha podido presidir, una mañana, la misa celebrada en la Tumba, ante un pequeña parte de los peregrinos pues la Basílica de la Resurrección no podía acoger a todo el grupo por razones técnicas.

“Agradecemos a los frailes de la Custodia que nos han permitido celebrar en nuestro propio rito… Ser ambrosiano en Tierra Santa me ayuda a comprender que también nosotros somos una iglesia particular, no sólo en el mundo oriental, sino también en el mundo occidental. En Jerusalén, donde reside el Cardenal Martín, desde ahora estamos representados porque él celebra siguiendo el rito ambrosiano y recita la liturgia de las oras según este rito”.

La letanía de los kyrie eleison, más numerosa que en el rito latino, a decir verdad no ha sorprendido a los ortodoxos. Los estudiantes franciscanos de San Salvador, una vez marchada la peregrinación, han podido dedicarse a hacer comparaciones y establecer las diferencias entre los ritos.

MAB