La Custodia de Tierra Santa y Bélgica están unidas por un estrecho vínculo, reforzado cada año por una tradición. El día de la fiesta nacional, la Custodia de Tierra Santa celebra una misa en honor del rey belga, en presencia del cónsul general de Bélgica en Jerusalén. Así ha sido también este año el 12 de noviembre, como es habitual, en la iglesia de San Salvador en Jerusalén. «Los cuatro cónsules de Francia, Bélgica, Italia y España son los llamados católicos y tienen el privilegio de una misa especial con motivo de su fiesta nacional», explicaba fray Stéphane Milovitch, que celebró la liturgia. La Custodia hace este gesto como símbolo de agradecimiento por lo realizado en el pasado y en el presente por las cuatro naciones latinas protectoras de las comunidades cristianas.
La homilía de la misa, con las lecturas ordinarias del domingo, fue pronunciada por el padre Christian Eeckhout, dominico de la Ecole Biblique. «La misa de hoy se centraba en un punto importante en la primera lectura: la sabiduría – decía el padre Christian -. Si tienes sabiduría encontrarás a Dios y serás feliz. Después, en la segunda lectura, San Pablo decía que necesitamos paciencia y mantener la fe». El padre dominico comentó a continuación el Evangelio: «En el Evangelio hemos leído la parábola de las vírgenes que esperaban al esposo. Las jóvenes no estaban preparadas para esperar tanto. Así nos ocurre a nosotros, pero si no tenemos aceite para las lámparas, no lo vemos porque no hay luz. Y Dios es la luz».
La celebración de la misa en esta fecha se debe a la fiesta de la dinastía belga el 15 de noviembre. «El 15 de noviembre era también la fiesta de San Leopoldo que es el patrón elegido por el rey Leopoldo II en el siglo XIX – decía el padre Christian Eeckhout -. El rey esperaba la libertad religiosa y que continuase la presencia cristiana». El padre dominico explicó también que la Custodia acoge cada año con esta ocasión la jornada de oración de Bélgica por la Tierra Santa.
También comentó el acto Danielle Haven, cónsul general de Bélgica, llegada en agosto al país por un mandato de cuatro años, tras haber pedido expresamente ser enviada a Tierra Santa. «Doy las gracias a la Custodia de Tierra Santa – decía. Bélgica es una de las cuatro naciones latinas que tiene el deber de proteger los lugares santos y por eso tenemos una relación muy cercana con la Custodia. Estamos felices de estar aquí hoy y la misa ha sido un honor».
Beatrice Guarrera
