Ain Karem: S. Juan Bautista

Santuario

Ain Karem - S. Giovanni Battista

Acerca de Ain Karem: S. Juan Bautista

La iglesia cruzada del XII siglo fue restaurada en el 1621 por el Custodio de Tierra Santa Tommaso Obicini da Novara y abierta en el 1675.
La construcción actual, proyectada por el arquitecto Antonio Barluzzi, es del 1939.
El nacimiento de San Juan Bautista, precursor del Señor, se localiza en el pueblecito de Ain Karem, al oeste de Jerusalén (hoy dentro del terreno urbano de la ciudad). Juan es hijo de padres ancianos, Zacarías e Isabel, parientes de María.

 

"Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos"

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La tradición cristiana Testo bíblico: Nacimiento y circuncisión de San Juan Bautista Plano arqueológico Oración Información

La Iglesia de Jerusalén como da testimonio un antiguo leccionario conservado en lengua georgiana (ss.VII-VIII) celebraba el 28 de agosto “en la ciudad de Enqarim, en la iglesia de Isabel la justa, su recuerdo”. Según una tradición que se remonta al siglo IX, esta localidad fue considerada como el lugar del nacimiento del Bautista y una iglesia fue construida como recuerdo de los hechos que nos narra el evangelio de San Lucas. “La casa de Zacarías está situada a los pies de un monte a occidente Jerusalén. A la casa de Zacarías llegó María para saludar a Isabel. En aquella misma casa nació Juan el Precursor. Hoy, una iglesia ocupa este lugar. En su interior, a izquierda bajo un altar se ve una pequeña gruta en la que nació Juan el Precursor” (Abad ruso Daniel, a principios del siglo XII). Esta misma iglesia existe todavía hoy, no habiendo sido nunca destruida, sino que fue convertida en establo por los musulmanes durante más de cuatro siglos hasta que, los franciscanos, a finales del siglo XVII, consiguieron tomar posesión del lugar. Las excavaciones, llevadas a cabo fuera del recinto de la iglesia, por el P. Saller, (1941-42) han demostrado que se encontraba dentro de un área habitada desde el siglo primero por hebreos (baños rituales) y luego por paganos (lagares y una estatua de Afrodita).

En la época bizantina, a partir de los siglos IV-V, se constata un amplia zona de cementerios cristianos al lado de unas veneradas sepulturas de dos “mártires de Dios”, mencionados en una inscripción de un mosaico del pavimento descubierto en el año 1885. En frente de estas sepulturas se encontraron restos de una capilla pavimentada con mosaicos. Y sucesivamente, otra más en la zona sur. Todos estos elementos, aunque no tengan relación directa con San Juan Bautista, son un testimonio de una antigua tradición de culto en el lugar.

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo: -«¡No! Se va a llamar Juan”. Le replicaron:- «Ninguno de tus parientes se llama así”. Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: -«¿Qué va a ser este niño?» Porque la mano del Señor estaba con él.
Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo:
«Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz».
El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.

Lucas 1:57-80

  1. Cripta de la natividad de san Juan Bautista.
  2. Iglesia de los siglos XI-XII.
  3. Capilla de losMártires, con inscripciones y tumbas del s. V.
  4. Capilla de la zona sur (s.VII).
  5. Baño ritual (s. I).
  6. - 7. Salones cruzados.

Guía: En San Juan Bautista contemplamos un testimonio humilde y al mismo tiempo fuerte de Jesús. Pidamos a nuestro Padre celestial la gracias de poder vivir la experiencia apasionante de la amistad con Jesús, místico esposo de la Iglesia.

Todos: Escúchanos, Señor.
1. Por los creyentes en Cristo para que bajo el ejemplo del Bautista sean testigos valientes y precursores del Señor Jesús. Oremos.
2. Por los que gobiernan los pueblos para que sepan rechazar abusos y violencia y abran las puertas a Cristo, único Salvador del mundo. Oremos.
3. Por quien sufre a causa de su adhesión a Jesús para que el Espíritu Santo le dé consolación y paciencia en la prueba. Oremos.
4. Por quien se ha alejado de la fe para que sepa acoger con humildad y prontitud de ánimo los profetas que Dios le envía. Oremos.
5. Por quien busca a Dios para que el Señor coloque en su corazón la valentía de saber renunciar a todo para vivir la alegría del encuentro y de su comunión con él. Oremos.
6. Por nosotros, peregrinos, para que el Señor purifique nuestros corazones y nos haga capaces de gozar siempre de su benévola presencia. Oremos.

Guía: Padre fiel y misericordioso que has concedido a San Juan Bautista la gracia de anunciar en la vida y en la muerte la venida de tu Hijo Jesús, infunde en nosotros tu espíritu de fortaleza para que sepamos testimoniar nuestra fe con perseverancia y valentía. Por Cristo nuestro Señor. Todos: Amén

Convento di S. Giovanni Battista

Terra Sancta
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