Un franciscano ordenado presbítero en Alepo, Siria | Custodia Terrae Sanctae

Un franciscano ordenado presbítero en Alepo, Siria

El viernes 1 de setiembre de 2006, la iglesia recientemente restaurada de la calle San Francisco -conocida también por ser la iglesia latina de Alepo en Siria- acogió la celebración de la ordenación de un nuevo presbítero : Rami Pétraki, de la Orden de los Frailes Menores (O.F.M.) o franciscanos.

Cuando el reloj dio las 6 de la tarde el cortejo de obispos y presbíteros de las diferentes Iglesias católicas orientales fue conducido por el diácono Rami, que llevó sus vestiduras sacerdotales hasta el altar donde iba a ser ordenado presbítero durante la celebración eucarística. Monseñor Joseph Nazzaro presidió la celebración rodeado del Padre Georges Abu Khazen, prarroco de la iglesia de Alepo y del Padre Philippe Mistreeh, representante de la Custodia de Tierra Santa, que se había visto obligado a excusar su presencia.

Además de los celebrantes principales, muchos frailes franciscanos venidos de Siria, del Líbano y de Jordania, participaron en la imposición de las manos y bendición de este joven presbítero. Algunos parroquianos, sus padres y sus amigos rodeaban al hermano Rami durante la celebración, mientras que el coro parroquial animaba la misa y los grupos de scouts y de jóvenes añadían fervor a la celebración. Mons. Nazzaro subrayó en su homilía la importancia de las nuevas vocaciones y del servicio de Dios en nuestras vidas cotidianas. Una homilía a la que siguió el rito de la ordenación con la imposición de manos.

Al terminar la celebración, se invitó a toda la asamblea a tomar un refrigerio y a presentar sus felicitaciones a Rami y a su familia. Numerosos amigos y todos los frailes presentes estaban invitados a la cena ofrecida en honor del nuevo presbítero. El Padre Rami celebró su primera misa al domingo siguiente. Fue el Padre Georges Abu Khazen quien hizo la homilía durante la cual felicitó al joven presbítero.

Nuestros mejores deseos para el hermano Rami. Quiera Dios bendecir tus pasos por los caminos de la vida, al servicio de la Custodia de Tierra Santa.

G.K.