Solemnidad de la Asunción de María en Jerusalén | Custodia Terrae Sanctae

Solemnidad de la Asunción de María en Jerusalén

La fiesta de la Asunción de María comenzaba con la vigilia en el jardín de Getsemaní. La vida de María se recordaba con la lectura de pasajes del Evangelio y, a continuación, se narraba el momento del tránsito de la Virgen con un relato apócrifo. Entre la emoción de los numerosos peregrinos y los cantos animados por los frailes de la Custodia de Tierra Santa, la imagen de la Virgen llegaba en procesión a través del jardín de Getsemaní hasta la basílica de la Agonía. Allí se proclamaba un fragmento del Tránsito Romano.

Precisamente el 15 de agosto la basílica de la Agonía se llenaba de nuevo de fieles para la celebración de la misa. La de la Asunción es una fiesta muy celebrada en Jerusalén y la devoción de los habitantes locales hacia María es muy grande. Después, desde Getsemaní salía una procesión hasta el interior de la tumba de María, donde esperaban los representantes de las comunidades greco-ortodoxa y armenia. Cantando a la Virgen, uno por uno, todos se arrodillaron ante la madre de Jesús.
Según el Status Quo, es la única vez al año que los franciscanos pueden realizar de forma oficial esta procesión en ese lugar.

La fiesta de la Asunción tiene orígenes muy antiguos, ya en el siglo V se mencionaba el 15 de agosto en la iglesia del Kathisma. Se celebraba precisamente el “kathisma”, el “descanso” de María a punto de dar a luz en el camino a Belén, pero no se excluye que este descanso también pudiera evocar el eterno. Posteriormente, la asamblea litúrgica para conmemorar la Asunción empezó a celebrarse en Getsemaní y desde allí se crearon dos tradiciones diferentes, porque en el Kathisma la festividad se trasladó al 13 de agosto. La tradición que se ha mantenido es la que sitúa la fiesta el 15, pero solo en 1950 el papa Pío XII proclamó el dogma de la Asunción de María.