La visita de los peregrinos a la Custodia | Custodia Terrae Sanctae

La visita de los peregrinos a la Custodia

Los franciscanos, en su presencia de casi ocho siglos en Tierra Santa, no se han preocupado sólo de recuperar, conservar y custodiar los Santos Lugares, sino que se han esforzado por vivificar, animar litúrgicamente e ilustrar científicamente los Lugares de nuestra Salvación. Los hijos de San Francisco, en su historia ya plurisecular, han considerado siempre – como una de sus finalidades fundamentales – la acogida a los peregrinos, ofreciéndoles – como dijo Juan Pablo II – “un testimonio de amor y de adhesión a Cristo, Redentor del hombre”.

Durante muchos siglos, los franciscanos eran los guías de los peregrinos en todos los aspectos de la peregrinación: bíblico-espiritual, hotelero, burocrático, político, etc. Ahora, aunque muchos hermanos se dedican al servicio de los peregrinos, no es posible realizar todo lo que se hacía en el pasado. Ha permanecido, sin embargo, una costumbre: el encuentro de los peregrinos con el Padre Custodio de Tierra Santa o con uno de sus representantes. El encuentro de los peregrinos con los franciscanos, custodios de Tierra Santa, ayuda al peregrino a entender mejor, escuchando directamente sus testimonios, la realidad de los Santos Lugares y la situación de los cristianos, “piedras vivas” que viven aquí.

Es difícil hacer un cálculo preciso de cuantos peregrinos se han encontrado con los franciscanos y han acogido sus experiencias y su amor hacia Tierra Santa. Es una costumbre generalizada, por ejemplo, el encuentro de los grupos con los párrocos, todos franciscanos, de los principales Lugares bíblicos: Jerusalén, Belén, Nazaret; el P. Vianney Delalande recibe cada año unos treinta grupos franceses en Belén. Damos aquí sólo los informes oficiales de grupos recibidos desde el 1º de julio de 2005 al 30 de junio de 2006, sirviéndonos para ello de los registros de la Secretaría de Tierra Santa.

Otros franciscanos, en nombre de la Custodia, han recibido oficialmente los grupos: es una necesidad vista la necesidad de acoger a los peregrinos hablándoles en su propia lengua.

In conclusión, los franciscanos han encontrado, en el curso de un año, 222 grupos con un total de 13.429 peregrinos, según la siguiente proveniencia: 8766 de Italia; 3.202 de España; 610 de Polonia; 170 de Egipto; 165 de Portugal; 164 de Argentina; 120 de Eslovenia; 99 de Francia; 41 de USA; 38 de Panamá; 31 de Alemania; 26 de México; 26 da Cuba e 15 de Corea.

Fr. Artemio Vítores, ofm