La Marcha Franciscana en Tierra Santa | Custodia Terrae Sanctae

La Marcha Franciscana en Tierra Santa

Aproximadamente cien personas: este es el número de participantes en la Marcha Franciscana, la experiencia de viaje itinerante propuesta por la pastoral juvenil de los frailes menores de la Custodia de Tierra Santa a los jóvenes entre 17 y 27 años.

El tema de la Marcha es “Encuentros que conducen a Ti”, durante la semana los jóvenes analizan diferentes aspectos de los encuentros que tuvieron lugar en la vida de San Francisco, experiencias que le permitieron dar un paso más hacia Dios. El encuentro consigo mismo en la prisión, el encuentro con el leproso, con el crucifijo de San Damián, con el lobo y, finalmente, el encuentro con el sultán y con el ángel en el momento de la impresión de los estigmas.  Los jóvenes, procedentes de Belén, BeitSahour, Beit Jala, Jerusalén, Ramla, Nazaret, Abila y, por primera vez, también de Yenín, viven una experiencia no solo espiritual sino también física. Lo que les espera son unas seis horas de caminata diaria para completar el recorrido que incluye varias paradas en Galilea, entre ellas Caná, punto de partida, Nazaret, donde se lleva a cabo la evangelización y finalmente la llegada al Monte Tabor el 2 de agosto, con motivo del Perdón de Asís. En el Tabor la vivencia no es solo una acción de gracias, sino también penitencia: es allí donde se encuentra al Señor cara a cara, donde los jóvenes pueden adorar a Jesús en la Eucaristía y realizar otras actividades antes de despedirse.  “Esta es la marcha número 29, considerando los años de intifada y de inseguridad en esta tierra: podemos decir que es una tradición que sigue manteniéndose desde hace más de treinta años y siempre da muchos buenos frutos”, declaraba fray EmadRofael, responsable de la Pastoral Juvenil de la Custodia de Tierra Santa.

Este año hay dos novedades en la marcha: la celebración final, encargada al administrador apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, monseñor PierbattistaPizzaballa, y la creación del himno oficial de la marcha, por algunos jóvenes cristianos palestinos.  MiladWillardFatouleh, profesor de música en el Terra Santa School, ha prestado su voz al himno.  “Cuando recibí la petición de fray Emad para cantar el himno de la marcha me sentí realmente orgulloso”, comentó Milad.  “Sin embargo, resultó también un desafío, porque conseguimos realizarlo en menos de diez días, trabajando ininterrumpidamente con el escritor, el compositor y, finalmente, los músicos”.

También asistió al comienzo el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, que se reunió con los jóvenes antes de la celebración eucarística que presidió en la iglesia de las Bodas de Caná.  “La experiencia es especialmente intensa para los jóvenes, porque incluye la dimensión del recorrido físico, que ayuda a abrirse, pero también porque contiene el binomio “compromiso y alegría”: los jóvenes descubren que comprometerse es algo que aporta alegría y, por supuesto, lo hacen desde una perspectiva cristiana”, explicó el Custodio.  “La marcha ayuda a sentir que ser cristianos no es pesado y aburrido, sino algo hermoso, fascinante y también alegre”.
Entre los jóvenes se encontraba George Bael, un estudiante de la Universidad de Belén en su tercera experiencia de la marcha franciscana.  “La marcha franciscana es una experiencia que me lleva a Jesús, a menudo siento como si mi vida y la de Jesús discurrieran por dos vías distintas que aquí se acercan cada vez más y, finalmente, se encuentran”, dice George con entusiasmo.  “Recomendaría esta experiencia a todos los jóvenes: no dudéis, lanzaos a este viaje y encontraréis a Jesús, que os está esperando”.

Giovanni Malaspina