La extraña lógica que “mueve” las escaleras del Santo Sepulcro | Custodia Terrae Sanctae

La extraña lógica que “mueve” las escaleras del Santo Sepulcro

Entrar en el mundo del Status Quo, el rígido sistema de normas no escritas que desde 1852 regula propiedades, espacios y tiempos para las comunidades cristianas presentes en la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén, significa descubrir también los numerosos objetos que forman parte de la iglesia. Algunos no pueden ser movidos ni un centímetro. Otros, en cambio, se mueven. Es el caso de esta especial escalera de aluminio, que se coloca tras la piedra de la unción el día después del Miércoles de Ceniza y que se retira unas semanas después, el jueves del Corpus Christi. Tanto que a algunos… incluso les molesta un poco.

Fr. SINISA SREBENOVIC, ofm
Sacristán Santo Sepulcro
"Obviamente sí, crea un obstáculo para las procesiones, etc. Incluso algún fotógrafo aprovecha para subir y hacer algunas fotos porque no sabe para qué sirve. Algunos piensan que la utilizamos para limpiar algo de arriba, en cambio es parte del mobiliario —podríamos decir— de la Basílica."

En el pasado servía para encender las altas velas que ya no están, pero el punto es otro: Colocarla en ese lugar es, según el Status Quo, un derecho de la comunidad católica, un derecho que si no se hace uso de él, se perdería. Motivo por el que cada año se monta y desmonta en el momento oportuno.

Fr. SINISA SREBENOVIC, ofm
Sacristán Santo Sepulcro
"Estamos en el mundo de las escaleras grandes y pequeñas… Es un poco raro pero es así. Precisamente tenemos tres escaleras separadas por pocos metros. Quien entra en la Basílica ve una sobre la fachada, ve la grande y además si presta atención ve todo el año la que está detrás de la puerta. Esta escalera para el Status Quo pertenece a las tres comunidades: A la comunidad latina, a los griegos y a los armenios. Sirve para abrir y cerrar la puerta, porque los cerrojos están altos."

La tercera escalera, colocada sobre la facha de la Basílica, no se puede retirar. “Congelada” por la decisión otomana de “dejarlo todo como estaba” a mediados del siglo XIX es testimonio de los siglos en los que, bajo dominio musulmán, la custodia del Sepulcro representaba una tarea muy difícil.

Fr. SINISA SREBENOVIC, ofm
Sacristán Santo Sepulcro
"El hecho es que la Basílica permanecía cerrada durante días, semanas, hasta que no llegaban grupos de peregrinos. Cuando llegaban los grupos se abría solemnemente, y por ello esta escalera servía para comunicarse con el mundo exterior."

A pesar de que nunca se ha redactado un verdadero código, el sacristán del Santo Sepulcro debe conocer hasta la última coma del Status Quo, y sus curiosidades.

Fr. SINISA SREBENOVIC, ofm
Sacristán Santo Sepulcro
"Como esa mesa junto al altar de Santa María Magdalena, junto a la capilla de la Aparición, que está en esa posición desde el Miércoles de Ceniza hasta la fiesta de Santa María Magdalena, donde se preparan los dones eucarísticos. Hay otros objetos que están frente a la tumba, como la gran cómoda que los frailes usan para meter los graduales —los libros de canto— para la liturgia diaria, o el gran atril que se usaba para el oficio de lecturas y que todavía están aquí. Estos son fijos."

Y, ante quien busca una lógica a todo esto, Fray Sinisa es muy claro:

Fr. SINISA SREBENOVIC, ofm
Sacristán Santo Sepulcro
"Aquí, al atravesar la puerta, debemos dejar a un lado el razonamiento lógico, muchas veces no hay razonamiento lógico en la Basílica. Es así, y nosotros debemos hacer todo lo que hacemos de esta manera."

 

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