La Dedicación del Santo Sepulcro: testigos y testimonios

La Dedicazione del Santo Sepolcro: testimoni e testimonianza

El 15 de julio, siguiendo la tradición litúrgica de Tierra Santa, los frailes franciscanos y un pequeño grupo de fieles se reunieron frente a la tumba vacía para celebrar la solemnidad de la Dedicación de la basílica del Santo Sepulcro.

Por “Dedicación” de la Iglesia, normalmente se entiende la celebración de la unión entre el Señor – verdadero “templo de Dios” (Jn 2, 19; Ap 21, 22) –, el santo o la santa a los que está dedicada la iglesia, y la Iglesia entendida como comunidad de fieles, también “templo de Dios” (Ef 2, 19-22) compuesta por “piedra vivas” y construida sobre Cristo, la piedra fundamental.

En esta celebración, en particular, cada año se celebra el lugar que se ha convertido en el centro del mundo y de la vida, ya que la vida surgióprecisamente de la muerte de Cristo y desde su Sepulcro toma forma cada actividad del individuo y de toda la Iglesia.

El complejo de edificios que mandó construir el emperador Constantino y su madre Santa Elena, consagrado en septiembre de 355 y llamado la basílica de la Anástasis o Santo Sepulcro, ha sufrido varias transformaciones a lo largo de las distintas y particulares etapas históricas. La basílica actual, de hecho, es una síntesis de lo que queda de los edificios constantinianos y del edificio construido por los cruzados. Reúne, bajo el mismo techo, los lugares del Calvario y la Tumba vacía, como queriendo subrayar la indivisibilidad de la muerte y resurrección de nuestro Redentor.

Presidió la celebración el vicario custodial fray DobromirJasztal, que también pronunció la homilía. “Los textos bíblicos, al hablar de la Resurrección, insisten en decirnos que hubo testigos de todo lo que sucedió” dijo el vicario. “Normalmente, la tarea de un testigo es dar fe de lo que ha visto y nada más”.

Fray Jasztal continuó hablando de las mujeres ante la tumba vacía: “lo que ven las mujeres es un conjunto de detalles irrelevantes; de madrugada se ve poco: la piedra volcada, la ausencia del cadáver y las vendas desordenadas (…), lo suficiente para hacer nacer en ellas la incertidumbre y pensar en un acto de vandalismo o profanación”. Fray Dobromir recuerda que el Evangelio narra la presencia de dos hombres, que aparecen por allí cerca, y que afirma con certeza que el que buscan está vivo y llaman la atención de las mujeres sobre lo que Jesús decía cuando estaba aún en Galilea: “de hecho, la Resurrección – afirmó el vicario – solo se entiende teniendo en cuenta la vida de Jesús y todo lo que Él dijo y realizó

“Los testigos de la Resurrección recibieron la misión de trasmitir el testimonio de su experiencia de haber encontrado a Jesús, de haber sido llamados y, sobre todo, enviados a anunciar su Palabra y su Amor por todos los hombres”.

Antes de la conclusión, fray SinisaSrebrenovic, primer sacristán del Santo Sepulcro y discreto de Tierra Santa, tomó la palabra para dar las gracias a los pocos fieles presentes y al vicario. “Hemos celebrado también este año con un pensamiento especial hacia la misión original de los frailes”, terminó fray Sinisa, “rezar en los santos lugares en representación de todos los que no pueden estar físicamente presentes, a la espera de que puedan regresar”.

 

Giovanni Malaspina

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