Ingreso solemne en el Santo Sepulcro del nuevo delegado apostólico | Custodia Terrae Sanctae

Ingreso solemne en el Santo Sepulcro del nuevo delegado apostólico

A través de las puertas abiertas de par en par de la basílica del Santo Sepulcro, el jueves 30 de septiembre monseñor Adolfo Tito Yllana hizo su ingreso solemne, acompañado por las autoridades religiosas cristianas de Tierra Santa. Este importante momento marcó, según la tradición, la bienvenida oficial del recién nombrado delegado apostólico en Jerusalén.

Desde el Patriarcado Latino de Jerusalén, monseñor Adolfo Tito Yllana entró en la ciudad vieja de Jerusalén, pasando por la puerta de Jaffa, por la que históricamente entraban los peregrinos. Desde allí llegó al Santo Sepulcro, donde lo esperaban el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton y las autoridades greco-ortodoxas y armenias.

“Bienvenido al corazón de la Tierra Santa”, dijo el Custodio de Tierra Santa al delegado apostólico. “En esta tierra y en esta ciudad cada gesto y cada palabra tienen un peso y una resonancia por los que se requiere realmente que la caridad y la prudencia sepan impregnar cada acción y cada discurso – continuó fray Patton –. Es este don de sabiduría, de caridad y prudencia lo que invocamos para usted, en su servicio diplomático en esta tierra, en los países que caen bajo su mandato y en esta ciudad”.  El Custodio tuvo palabras de agradecimiento por el apoyo del Santo Padre a los franciscanos de Tierra Santa y lo mismo aseguró a monseñor Yllana: “Como frailes menores de la Custodia de Tierra Santa le sentimos cercano. Le aseguramos nuestra oración constante y nuestra fiel y leal colaboración”.

El Patriarca Latino de Jerusalén, Su Beatitud Pierbattista Pizzaballa, en su discurso de bienvenida, quiso presentar al nuevo delegado apostólico la polifacética Iglesia de Tierra Santa, compuesta por fieles de distintas lenguas y nacionalidades. Es una Iglesia que opera en un entorno multirreligioso, caracterizado por un “contexto político y social herido y dividido”. “Así como las mujeres del Evangelio vinieron aquí para verter bálsamo y aceite sobre las heridas del cuerpo traspasado de Jesús, también nosotros estamos llamados a verter el bálsamo de la esperanza y el aceite de la misericordia en la vida de nuestras comunidades – dijo Su Beatitud Pierbattista Pizzaballa –. De hecho, nosotros mismos debemos ser bálsamo y aceite, ser perfume de resurrección y de vida”.

Las palabras de monseñor Adolfo Tito Yllana

“En esta ocasión solemne, en representación del sucesor de Pedro en la persona del papa Francisco, os traigo sus calurosos saludos de comunión en la misma esperanza y amor del Señor resucitado”, declaró monseñor Yllana. Tras agradecer a todos los obispos por la cordial bienvenida, así como a los cónsules generales y las delegaciones diplomáticas reunidas, el delegado apostólico extendió la bendición del Santo Padre a los presentes. “Compartiendo una sola fe en nuestro Padre, dirijo mis saludos fraternos a todos los hermanos y hermanas de fe musulmana y judía de Tierra Santa, con quienes rezo para que la presencia del amor del Dios vivo acompañe a cada uno de nosotros y a nuestras comunidades”, añadió.

La Santa Sede había anunciado el nombramiento de monseñor Adolfo Tito Yllana, de 73 años y nacionalidad filipina, el pasado 3 de junio, y hacía ya algunas semanas que el arzobispo había llegado a Jerusalén. Yllana había estado dos veces más en Tierra Santa, pero como peregrino, en 1975 y en 1997.

Miembro de la diplomacia pontificia desde 1984, prestó servicio en Ghana, Sri Lanka, Turquía, Líbano, Hungría, China, Papúa Nueva Guinea e Islas Salomón, Pakistán y República Democrática del Congo. Llevaba en Australia seis años cuando el papa Francisco lo eligió como su delegado en Tierra Santa.

“El ingreso solemne en el Santo Sepulcro de hoy me ha conmovido y ha reafirmado lo que siempre había sabido: el núcleo de todo es que el Siervo se ofreció a morir y esta es también mi vocación. Si el grano de trigo no muere, no da fruto”, comentó monseñor Yllana.

El nuncio apostólico en Israel y Chipre y delegado apostólico en Jerusalén y Palestina ya ha presentado sus credenciales al presidente de Israel, Isaac Herzog, y se ha reunido también con la ministra de asuntos exteriores palestina Riyad al-Maliki. “En el encuentro con el otro, lo primero que debemos mirar es la persona humana, sin hacer distinciones – recordó –. Todos nosotros hemos sido creados a semejanza de Dios”.

 

Beatrice Guarrera