Fiesta de la Dedicación de la Basílica del Santo Sepulcro 2006 | Custodia Terrae Sanctae

Fiesta de la Dedicación de la Basílica del Santo Sepulcro 2006

El pasado sábado, 15 de julio, el padre Artemio Vitores, Vicario de la Custodia, presidió la Santa Misa en la fiesta de la Dedicación de la Basílica de la Resurrección. A la celebración asistieron los hermanos de la Custodia de Tierra Santa, algunos fieles locales y otros tantos peregrinos.

El 15 de julio de 1149 fue, en efecto, la fecha designada por los Cruzados para la consagración del templo: una fecha simbólica, ya que conmemoraba, a su vez, el cincuentenario de su entrada victoriosa en Jerusalén (15 de julio de 1099).

Ya el emperador Constantino, en la primera mitad del siglo IV, había construido una primera iglesia sobre el sepulcro de Jesucristo, que había quedado enterrado bajo el templo pagano de Adriano. Pero, cuando entraron en la Ciudad Santa, los Cruzados sólo encontraron ruinas. Es cierto que la iglesia constantiniana había escapado a la destrucción durante la conquista de la ciudad por los musulmanes en el año 638, pero el furioso califa Al-Hakim se encargó de arrasar el lugar santo en 1006. La reconstrucción llevada a cabo por el emperador bizantino Constantino IX Monómaco entre 1042 y 1048 les pareció poco adecuada a los Cruzados, que encontraron el edificio demasiado pequeño para acoger la cada vez mayor concurrencia de peregrinos que llegaban a Jerusalén. Así pues, en cincuenta años, el antiguo templo fue transformado en una iglesia románica más amplia, con un campanario, una cúpula que protegía el recinto y un claustro para los canónigos.

Hoy por hoy, es difícil que alguien habituado a contemplar el arte románico europeo acierte a descubrir aquí una joya de este periodo arquitectónico. Sin embargo, los buenos conocedores del arte –haciendo abstracción de los añadidos sobrevenidos en épocas sucesivas y ocasionados por la separación de las distintas confesiones cristianas– pueden reconocer sus características.

Actualmente, la Custodia de Tierra Santa se inscribe en esta línea histórica, pero con espíritu renovado. No son, los hijos de San Francisco, descendientes de los Cruzados, sino los herederos espirituales del Pobrecillo de Asís, que llegó aquí, hasta Tierra Santa, para encontrarse con todos sus hermanos judíos, cristianos y musulmanes. Celebrar hoy la fiesta de la Dedicación de esta Iglesia tan querida para los cristianos significa celebrar la fiesta del mismo Cristo, de su resurrección y de su amor ofrecido a todos los hombres, como lo subrayó el Padre Artemio en su homilía.

En este mismo día, 15 de julio, la Iglesia Universal celebra a San Buenaventura, Doctor de la Iglesia. Debido a la concurrencia de fiestas, la del santo franciscano queda trasladada, para la Custodia de Tierra Santa, al 17 de julio, ya que el 16 de julio también es día solemne: Nuestra Señora del Monte Carmelo.

Este año, a pesar de los acontecimientos que asolan Galilea y aunque un misil ha caído a apenas 500 metros del Convento de los Carmelitas donde se celebrará la fiesta, los hermanos franciscanos de la Custodia que trabajan en Galilea y que animan esta romería han decidido mantener la celebración. Sabedores de que Nuestra Señora del Carmelo prometió su protección a los que se acogieran a ella, los franciscanos de Tierra Santa no quieren dejar de invocar a María para alcanzar la Paz sobre la región de Galilea y sobre toda la Tierra Santa.

MAB