Como Simeón y Cleofás, reconocemos a Jesús al partir el pan | Custodia Terrae Sanctae

Como Simeón y Cleofás, reconocemos a Jesús al partir el pan

fray Francesco Patton, Custodio de Tierra Santa, presidió la misa en honor de los santos Cleofás y Simeón
fray Francesco Patton, Custodio de Tierra Santa, presidió la misa en honor de los santos Cleofás y Simeón

El domingo 25 de septiembre en el santuario de Emmaus El-Qubeibeh, fray Francesco Patton, Custodio de Tierra Santa, presidió, siguiendo la tradición, la misa en honor de los santos Cleofás y Simeón, los dos discípulos que, camino de Emaús, encontraron a Jesús después de la resurrección.

Participaron en la celebración muchos franciscanos, religiosos y los pocos cristianos locales de Emaús, cuya población es mayoritariamente musulmana.

El santuario, llamado de la Manifestación del Señor, se encuentra en la aldea de El-Qubeibeh, que se refiere al término árabe “Qube”, es decir, cúpula.  En el pasado, de hecho, el pueblo estaba formado por pequeñas cúpulas.  Aquí se recuerda el encuentro entre Jesús y los dos discípulos que lo reconocieron al partir el pan: junto con las localidades de Abu Gosh y Nicópolis, El-Qubeibeh es uno de los tres sitios a los que se atribuye este recuerdo, pero el único en el que está presente la Custodia franciscana. Fue adquirido en 1861 por la marquesa y sierva de Dios Paolina de Nicolay y donado a la Custodia de Tierra Santa. Desde entonces, las diferentes excavaciones llevadas a cabo han descubierto los restos de la basílica de época cruzada fundada sobre la “casa de Cleofás” y de algunas casas de un pueblo alineadas a lo largo de la calzada romana a una distancia de unos 60 estadios de Jerusalén, coincidente con las coordinadas que indica el evangelio de Lucas (24, 13-35).

En su comentario a las lecturas, el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, invitó a los fieles a reconocer el estrecho paralelismo que existe entre todo el pueblo de Dios y los discípulos de Emaús: «También nosotros, como Simeón y Cleofás, al contemplar la situación actual, tenemos la misma sensación de fracaso y frustración. Vivimos en una tierra que debería trasmitir paz y esperanza a todo el mundo y que, en cambio, sigue sufriendo un conflicto que parece no tener solución. Estamos rodeados de países devastados por décadas de guerras endémicas, por crisis económicas, por muchos males sociales, por nuevos conflictos».

«Como Simeón y Cleofás – continúa fray Patton – debemos también permitir que Jesús ilumine nuestra situación con su palabra y con la palabra de las Escrituras, para hacernos pasar de la lamentación estéril a la asunción de una nueva clave de lectura, que es la pascual. Los dos discípulos de Emaús no reconocen a Jesús mientras camina con ellos, ni por su aspecto ni por su voz: para ellos, de hecho, resucitar es impensable. Las palabras de Jesús, incluidos los reproches y sobre todo la explicación del sentido pascual de todas las Escrituras, los predisponen al reconocimiento, que surge gracias a un gesto: el de partir el pan».  La fracción del pan del episodio de Emaús reafirma con fuerza la eucaristía como núcleo de la experiencia cristiana, pero también la importancia de reconocer a Jesús en cada gesto concreto de compartir y dar. El Custodio cita un fragmento de la oración compuesta por el cardenal Martini, inspirada en el camino de los santos Simeón y Cleofás, camino que “no se agota, sino que debe todavía, y siempre, continuar en nosotros”:

“Cuando, al caer la noche, dijiste que ibas a continuar tu camino más allá de Emaús, nosotros te suplicamos que te quedaras. Te dirigimos esta oración, espontánea y apasionada, muchas otras veces en la noche de nuestro desconcierto, de nuestro dolor, de nuestro inmenso deseo de ti. Pero ahora comprendemos que esta no alcanza la verdad última de nuestra relación contigo. De hecho, tú siempre estás con nosotros. Somos nosotros, sin embargo, los que no siempre estamos contigo, no permanecemos en ti. Por eso, Señor Jesús, ahora te pedimos que nos ayudes a permanecer siempre contigo, a asumir con alegría la misión que nos encomiendas: continuar tu presencia, ser evangelio de tu resurrección” (C.M. Martini, Salida de Emaús, Milán 1983).

Al final de la celebración, fray Arturo Vasaturo ofm, rector de la basílica de la Manifestación de Jesús, dirigió un saludo final al Custodio y a los asistentes a la celebración, deseando a todos “ser pan aromático para los demás, pan fragante, pan de vida que se parte para los que nos rodean”. Fray Arturo también saludó y agradeció a dos de sus hermanos, fray Joseph y fray Dennis, al final de la experiencia de una fraternidad interobediencial formada por frailes menores y conventuales, que comenzó precisamente en Emaús en 2017.

Silvia Giuliano