Entrevista con Fray Ibrahim Faltas ofm, Ecónomo custodial
¿Puede explicar a nuestros lectores por qué es importante la Colecta del Viernes Santo?
En 1974 Pablo VI, en línea con sus antecesores, puso de relieve el trabajo y la historia de los franciscanos en Tierra Santa y, en particular, el papel social, cultural y caritativo que nosotros, franciscanos, llevamos a cabo desde hace siglos.
Pablo VI exhortó a toda la Iglesia a una mayor cooperación y a una mayor atención a la Colecta del Viernes Santo, permitiéndonos así hasta hoy no solo mantener los Santos Lugares, sino poder también sacar adelante todas las actividades pastorales, educativas y sociales en beneficio de los cristianos, poder asistir a los peregrinos e intensificar las obras apostólicas.
La Custodia de Tierra Santa recibe el 65% de la Colecta, mientras que el 35% restante se entrega a la Congregación de las Iglesias Orientales, es decir a la Santa Sede, y a otras instituciones de la Tierra Santa y del Oriente Medio.
Para nosotros es una ayuda económica importante y es indispensable para la tutela de los Santos Lugares y de la comunidad cristiana de Tierra Santa.
Los frailes franciscanos nos dedicamos a ayudar a las familias cristianas que viven en situación económica precaria, pero también social y sanitaria, a causa de la compleja situación política. Desde hace siglos nos esforzamos por mantener la presencia cristiana en los Santos Lugares, por hacer viva la liturgia en los lugares de culto. Nuestra prioridad es la de ayudar a que los cristianos se queden en Tierra Santa, aunque sean minoría; son las piedras vivas de la Iglesia.
¿Existe algún perfil de donante de la Colecta? ¿Qué nación aporta más?
No existe un «perfil». Todos contribuyen a ayudar a los cristianos de Tierra Santa. Es realmente una colecta que implica a todas las Iglesias y a toda la Iglesia. Pobres, ricos, los países pobres y los países ricos, de todas las culturas y edades contribuyen a favor de la vida de los cristianos y los Santos Lugares de Tierra Santa. Es un aspecto hermoso que quizá no tomamos demasiado en consideración. Es inevitable que, a causa de las oscilaciones económicas mundiales que han golpeado a muchos países durante los últimos años, los donativos hayan disminuido.
Por nuestra parte, estamos sinceramente agradecidos a todos aquellos que, a pesar de las dificultades cotidianas que deben afrontar, se acuerdan de sus hermanos de Tierra Santa.
¿Qué proyectos de la Custodia se financiarán con los donativos recogidos en 2013? ¿Nos puede contar al menos uno en concreto?
Tenemos muchos proyectos porque muchas son las necesidades de los cristianos. En primer lugar, la necesidad de una vivienda. Muchas familias tienen unos ingresos realmente bajos y no alcanzan a pagar un alquiler. Por eso, como decíamos anteriormente que es nuestro deber ayudar a los cristianos para que se queden, hemos puesto en marcha el proyecto de las casas. Hemos iniciado, ya hace algún tiempo, un proyecto a largo plazo de restauración de las casas de la Ciudad vieja de Jerusalén y hemos obtenido el permiso para construir en el barrio cristiano de Beit Hanina otras 24 viviendas.
En Galilea trabajamos en la construcción de un centro parroquial y de una escuela en la pequeña ciudad de Caná, donde se encuentra la iglesia que recuerda el milagro de Jesús de las bodas de Caná. La parroquia de Caná es la única que no tiene un centro parroquial.
En Naím, donde Jesús resucitó al hijo de la viuda, hemos reabierto y restaurado el santuario. Ahora estamos en la segunda fase de la restauración y, en unas semanas, inauguraremos la iglesia y pondremos la primera piedra de la construcción de un convento que acogerá a una orden religiosa femenina.
Los peregrinos que vengan a Tierra Santa verán muchas obras en curso porque, después de muchos años, tenemos la urgencia de restaurar muchos santuarios y conventos para evitar su deterioro.
¿Qué proyectos de la Custodia se han financiado con los donativos recogidos en 2012?
En 2012 se han terminado muchos proyectos y obras culturales dirigidas, sobre todo, a los jóvenes de las comunidades locales. Se han financiado centenares de becas de estudio universitarias concedidas para las universidades de Belén, la Universidad Hebrea de Jerusalén, Haifa, Bir Zeit y Amán. Hemos puesto en marcha un proyecto de ayuda a las pequeñas empresas artesanas para crear puestos de trabajo.
En Belén, donde la situación de aislamiento de la ciudad por el muro de separación hace difícil la vida diaria de tanta gente, financiamos el Consultorio familiar y la Casa franciscana del Niño, que acoge a niños de entre 6 y 12 años.
En Jerusalén, seguimos con el proyecto del Magníficat, la escuela de música en cuyos cursos se inscriben alumnos de distintas culturas y participan activamente en los distintos eventos culturales a nivel local e internacional, y representan un ejemplo de diálogo y paz a través del amor común a la música. Invertimos mucho también en la investigación arqueológica del Estudio Bíblico Franciscano, porque es importante avanzar en el conocimiento histórico de la Tierra Santa y de sus lugares.
A través del Franciscan Media Center somos capaces de emitir en tiempo real las noticias de la Tierra Santa y de los eventos ligados a los Santos Lugares de culto cristiano, para abrir una ventana al mundo de todo lo que sucede en Tierra Santa. Hemos publicado el texto sagrado de la Biblia en lengua árabe, traduciéndolo e imprimiéndolo en nuestras imprentas, para llevar con más facilidad a nuestros fieles al conocimiento de las Sagradas Escrituras.
En Belén, Jerusalén, Jafa y Nazaret, muchas de nuestras energías se centran en llevar a cabo la restauración o reconstrucción de muchas casas destinadas a los más necesitados y a las parejas jóvenes, que finalmente así pueden pensar en la posibilidad de formar una familia. Una atención especial se dirige a los proyectos de las comunidades parroquiales. En Beit Hanina, junto a Jerusalén y a Nazaret, se han construido nuevas zonas deportivas dentro de los respectivos centros parroquiales para favorecer, sobre todo, a los más chicos y a los jóvenes, que tienen así un lugar de encuentro y reunión donde jugar y también practicar actividades deportivas. El deporte siempre ayuda y favorece el proyecto de crecimiento del niño en relación a su prójimo.
Hemos terminado el teatro del colegio Terra Sancta femenino y restaurado las escuelas de Jerusalén, Belén, Jericó y Ramle. Los franciscanos, cuando llegaron a Tierra Santa, junto a las iglesias han construido siempre una escuela con el objeto de educar humana y cristianamente a la juventud según la mente, las leyes y directivas de la Iglesia; […] Dadas las necesidades y circunstancias de este territorio de misión, desde hace más de doscientos años, las escuelas franciscanas de Tierra Santa admiten también a estudiantes no cristianos con el fin de ayudar e incrementar el bien espiritual y cultural de todos sus alumnos. Invertimos mucho en educación y cultura porque pensamos que es importante crear los fundamentos para el buen crecimiento de todos los niños y la formación cultural y social. Además de los proyectos para las comunidades, jóvenes y familias, nos hemos ocupado este último año de salvaguardar las construcciones de todos los Santos Lugares, tanto con pequeños trabajos de mantenimiento cotidiano como con grandes obras realizadas con el objetivo de promover y desarrollar los servicios a la comunidad cristiana residente, a los peregrinos y al patrimonio histórico que los Santos Lugares representan para la humanidad.
En la basílica de Getsemaní, estamos restaurando los mosaicos en el interior de la basílica, que narran a través de sus imágenes los momentos de la pasión de Jesús antes de su arresto en el Huerto de los Olivos.
Hemos restaurado también:
- Betfagé, lugar de salida de Jesús para su entrada mesiánica en Jerusalén,
- el convento del Cenacolino, en el monte Sión, construido por los frailes junto al Cenáculo, lugar que recuerda la institución de la Eucaristía y el sacerdocio por Cristo y donde nació y dio sus primeros pasos la Iglesia, y donde aún hoy no se permite el libre culto cristiano;
- en Nazaret, en la basílica de la Anunciación, estamos trabajando para salvar la Gruta del deterioro causado por la humedad y el acceso de millones de peregrinos que, inevitablemente, alteran el frágil equilibrio de la estructura de la roca;
- En Cafarnaún, la ciudad que eligió Jesús para comenzar su apostolado, estamos trabajando en la excavación arqueológica;
- en el monte Tabor, donde se produjo la Transfiguración de Jesús, estamos trabajando en la restauración de la basílica y en la construcción de un aparcamiento para los peregrinos;
- en el monte Nebo, en Jordania, en el santuario del Memorial de Moisés, estamos llevando a cabo la gran obra de restauración de un trabajo iniciado por el padre Michele Piccirillo, donde descubrió importantes mosaicos y restos de la primera iglesia bizantina.
Para nosotros, franciscanos, es importante salvar la memoria histórica en la Tierra de Jesús, asegurar la continuidad de la presencia franciscana en Tierra Santa y garantizar que ni los Santos Lugares, ni las piedras vivas desaparezcan. Nuestra fuerza, en un momento tan difícil, es la unidad y la colaboración de todos con el fin de poder llevar a cumplimiento nuestra misión franciscana en Tierra Santa y en el mundo.
¿Puede explicar a nuestros lectores por qué es importante la Colecta del Viernes Santo?
En 1974 Pablo VI, en línea con sus antecesores, puso de relieve el trabajo y la historia de los franciscanos en Tierra Santa y, en particular, el papel social, cultural y caritativo que nosotros, franciscanos, llevamos a cabo desde hace siglos.
Pablo VI exhortó a toda la Iglesia a una mayor cooperación y a una mayor atención a la Colecta del Viernes Santo, permitiéndonos así hasta hoy no solo mantener los Santos Lugares, sino poder también sacar adelante todas las actividades pastorales, educativas y sociales en beneficio de los cristianos, poder asistir a los peregrinos e intensificar las obras apostólicas.
La Custodia de Tierra Santa recibe el 65% de la Colecta, mientras que el 35% restante se entrega a la Congregación de las Iglesias Orientales, es decir a la Santa Sede, y a otras instituciones de la Tierra Santa y del Oriente Medio.
Para nosotros es una ayuda económica importante y es indispensable para la tutela de los Santos Lugares y de la comunidad cristiana de Tierra Santa.
Los frailes franciscanos nos dedicamos a ayudar a las familias cristianas que viven en situación económica precaria, pero también social y sanitaria, a causa de la compleja situación política. Desde hace siglos nos esforzamos por mantener la presencia cristiana en los Santos Lugares, por hacer viva la liturgia en los lugares de culto. Nuestra prioridad es la de ayudar a que los cristianos se queden en Tierra Santa, aunque sean minoría; son las piedras vivas de la Iglesia.
¿Existe algún perfil de donante de la Colecta? ¿Qué nación aporta más?
No existe un «perfil». Todos contribuyen a ayudar a los cristianos de Tierra Santa. Es realmente una colecta que implica a todas las Iglesias y a toda la Iglesia. Pobres, ricos, los países pobres y los países ricos, de todas las culturas y edades contribuyen a favor de la vida de los cristianos y los Santos Lugares de Tierra Santa. Es un aspecto hermoso que quizá no tomamos demasiado en consideración. Es inevitable que, a causa de las oscilaciones económicas mundiales que han golpeado a muchos países durante los últimos años, los donativos hayan disminuido.
Por nuestra parte, estamos sinceramente agradecidos a todos aquellos que, a pesar de las dificultades cotidianas que deben afrontar, se acuerdan de sus hermanos de Tierra Santa.
¿Qué proyectos de la Custodia se financiarán con los donativos recogidos en 2013? ¿Nos puede contar al menos uno en concreto?
Tenemos muchos proyectos porque muchas son las necesidades de los cristianos. En primer lugar, la necesidad de una vivienda. Muchas familias tienen unos ingresos realmente bajos y no alcanzan a pagar un alquiler. Por eso, como decíamos anteriormente que es nuestro deber ayudar a los cristianos para que se queden, hemos puesto en marcha el proyecto de las casas. Hemos iniciado, ya hace algún tiempo, un proyecto a largo plazo de restauración de las casas de la Ciudad vieja de Jerusalén y hemos obtenido el permiso para construir en el barrio cristiano de Beit Hanina otras 24 viviendas.
En Galilea trabajamos en la construcción de un centro parroquial y de una escuela en la pequeña ciudad de Caná, donde se encuentra la iglesia que recuerda el milagro de Jesús de las bodas de Caná. La parroquia de Caná es la única que no tiene un centro parroquial.
En Naím, donde Jesús resucitó al hijo de la viuda, hemos reabierto y restaurado el santuario. Ahora estamos en la segunda fase de la restauración y, en unas semanas, inauguraremos la iglesia y pondremos la primera piedra de la construcción de un convento que acogerá a una orden religiosa femenina.
Los peregrinos que vengan a Tierra Santa verán muchas obras en curso porque, después de muchos años, tenemos la urgencia de restaurar muchos santuarios y conventos para evitar su deterioro.
¿Qué proyectos de la Custodia se han financiado con los donativos recogidos en 2012?
En 2012 se han terminado muchos proyectos y obras culturales dirigidas, sobre todo, a los jóvenes de las comunidades locales. Se han financiado centenares de becas de estudio universitarias concedidas para las universidades de Belén, la Universidad Hebrea de Jerusalén, Haifa, Bir Zeit y Amán. Hemos puesto en marcha un proyecto de ayuda a las pequeñas empresas artesanas para crear puestos de trabajo.
En Belén, donde la situación de aislamiento de la ciudad por el muro de separación hace difícil la vida diaria de tanta gente, financiamos el Consultorio familiar y la Casa franciscana del Niño, que acoge a niños de entre 6 y 12 años.
En Jerusalén, seguimos con el proyecto del Magníficat, la escuela de música en cuyos cursos se inscriben alumnos de distintas culturas y participan activamente en los distintos eventos culturales a nivel local e internacional, y representan un ejemplo de diálogo y paz a través del amor común a la música. Invertimos mucho también en la investigación arqueológica del Estudio Bíblico Franciscano, porque es importante avanzar en el conocimiento histórico de la Tierra Santa y de sus lugares.
A través del Franciscan Media Center somos capaces de emitir en tiempo real las noticias de la Tierra Santa y de los eventos ligados a los Santos Lugares de culto cristiano, para abrir una ventana al mundo de todo lo que sucede en Tierra Santa. Hemos publicado el texto sagrado de la Biblia en lengua árabe, traduciéndolo e imprimiéndolo en nuestras imprentas, para llevar con más facilidad a nuestros fieles al conocimiento de las Sagradas Escrituras.
En Belén, Jerusalén, Jafa y Nazaret, muchas de nuestras energías se centran en llevar a cabo la restauración o reconstrucción de muchas casas destinadas a los más necesitados y a las parejas jóvenes, que finalmente así pueden pensar en la posibilidad de formar una familia. Una atención especial se dirige a los proyectos de las comunidades parroquiales. En Beit Hanina, junto a Jerusalén y a Nazaret, se han construido nuevas zonas deportivas dentro de los respectivos centros parroquiales para favorecer, sobre todo, a los más chicos y a los jóvenes, que tienen así un lugar de encuentro y reunión donde jugar y también practicar actividades deportivas. El deporte siempre ayuda y favorece el proyecto de crecimiento del niño en relación a su prójimo.
Hemos terminado el teatro del colegio Terra Sancta femenino y restaurado las escuelas de Jerusalén, Belén, Jericó y Ramle. Los franciscanos, cuando llegaron a Tierra Santa, junto a las iglesias han construido siempre una escuela con el objeto de educar humana y cristianamente a la juventud según la mente, las leyes y directivas de la Iglesia; […] Dadas las necesidades y circunstancias de este territorio de misión, desde hace más de doscientos años, las escuelas franciscanas de Tierra Santa admiten también a estudiantes no cristianos con el fin de ayudar e incrementar el bien espiritual y cultural de todos sus alumnos. Invertimos mucho en educación y cultura porque pensamos que es importante crear los fundamentos para el buen crecimiento de todos los niños y la formación cultural y social. Además de los proyectos para las comunidades, jóvenes y familias, nos hemos ocupado este último año de salvaguardar las construcciones de todos los Santos Lugares, tanto con pequeños trabajos de mantenimiento cotidiano como con grandes obras realizadas con el objetivo de promover y desarrollar los servicios a la comunidad cristiana residente, a los peregrinos y al patrimonio histórico que los Santos Lugares representan para la humanidad.
En la basílica de Getsemaní, estamos restaurando los mosaicos en el interior de la basílica, que narran a través de sus imágenes los momentos de la pasión de Jesús antes de su arresto en el Huerto de los Olivos.
Hemos restaurado también:
- Betfagé, lugar de salida de Jesús para su entrada mesiánica en Jerusalén,
- el convento del Cenacolino, en el monte Sión, construido por los frailes junto al Cenáculo, lugar que recuerda la institución de la Eucaristía y el sacerdocio por Cristo y donde nació y dio sus primeros pasos la Iglesia, y donde aún hoy no se permite el libre culto cristiano;
- en Nazaret, en la basílica de la Anunciación, estamos trabajando para salvar la Gruta del deterioro causado por la humedad y el acceso de millones de peregrinos que, inevitablemente, alteran el frágil equilibrio de la estructura de la roca;
- En Cafarnaún, la ciudad que eligió Jesús para comenzar su apostolado, estamos trabajando en la excavación arqueológica;
- en el monte Tabor, donde se produjo la Transfiguración de Jesús, estamos trabajando en la restauración de la basílica y en la construcción de un aparcamiento para los peregrinos;
- en el monte Nebo, en Jordania, en el santuario del Memorial de Moisés, estamos llevando a cabo la gran obra de restauración de un trabajo iniciado por el padre Michele Piccirillo, donde descubrió importantes mosaicos y restos de la primera iglesia bizantina.
Para nosotros, franciscanos, es importante salvar la memoria histórica en la Tierra de Jesús, asegurar la continuidad de la presencia franciscana en Tierra Santa y garantizar que ni los Santos Lugares, ni las piedras vivas desaparezcan. Nuestra fuerza, en un momento tan difícil, es la unidad y la colaboración de todos con el fin de poder llevar a cumplimiento nuestra misión franciscana en Tierra Santa y en el mundo.