Clausura del año paulino en Jerusalén | Custodia Terrae Sanctae

Clausura del año paulino en Jerusalén

En el convento dominico de San Esteban han dado comienzo, en Tierra Santa, las celebraciones de clausura del año dedicado a san Pablo.

El Cardenal Walter Kasper, enviado desde Roma a propósito de esta ocasión por el Papa Benedicto XVI, la mayor parte de los Ordinarios de Tierra Santa y el Nuncio y Delegado apostólico Mons. Antonio Franco, han presidido el oficio de las segundas vísperas de la fiesta de los santos Pedro y Pablo. Unas vísperas que se han celebrado ante una numerosa asamblea compuesta de religiosos y religiosas y también de algunos fieles de Jerusalén.

Ha sido en la Basílica dedicada al diácono Esteban [1], en cuya lapidación – como ha recordado el Cardenal en su homilía- participó Saulo, que más tarde será Pablo, donde se ha celebrado el final del año paulino en Jerusalén. “Es una gracia poder celebrar a Pablo aquí, donde él vivió y estudió”, comentaba el Cardenal Kasper al finalizar la celebración. Y proseguía: “Pienso que es también un gesto de apoyo a la cristiandad local, para que viva en aquella Esperanza tan necesaria para este país”.

Al día siguiente, martes 30 de junio, los Ordinarios de Tierra Santa y el Cardenal Kasper se encontrarán de nuevo en Cesarea Marítima para la celebración de la misa, y después en San Juan de Acre para la Liturgia de la Palabra en presencia de todos los párrocos católicos de los distintos ritos de la diócesis, que comenzarán la misma tarde su retiro espiritual anual.

El año paulino ha estado marcado, en Tierra Santa, por varios acontecimientos: la exposición artística del Christian Information Center, la peregrinación a Paphos, en la isla de Chipre [2], distintas conferencias y celebraciones en Siria y un ciclo de conferencias y visitas organizadas por el Studium Biblicum Franciscanum. Además, algunos profesores de distintos centros bíblicos de Jerusalén han sido invitados a los congresos que, sobre san Pablo, se han celebrado en distintas partes del mundo.

En San Esteban, esta tarde, se ha honrado una vez más a san Pablo y ha sido, además, una ocasión para reunirse otra vez, ya la última antes de que el verano ralentice el ritmo de estudios y celebraciones comunes. Una ocasión, en suma, para desearse un buen verano.

Mab

[1] la Basílica de San Esteban y la Iglesia de la Flagelación son los dos únicos lugares del país en los que hay altares dedicados al apóstol de las gentes
[2] La isla de Chipre forma parte de la diócesis de Jerusalén