Clausura del año académico en el Instituto Magnificat | Custodia Terrae Sanctae

Clausura del año académico en el Instituto Magnificat

El Instituto de música Magnificat de Jerusalén, a pesar de las dificultades, clausuró oficialmente el curso académico el viernes 17 de julio con un concierto en streaming directo desde la página de Facebook del Instituto.  A pesar de las dificultades derivadas de las medidas que el Estado de Israel ha tomado para contrarrestar la pandemia mundial, el Instituto, fundado en Jerusalén en 1995 y vinculado al conservatorio “Arrigo Pedrollo” de Vicenza (Italia), ha seguido demostrando que se trata de un centro de excelencia para la música incluso en este particular momento.

“Cuando llegó la comunicación del aislamiento total”, cuenta fray Alberto Pari, director del Instituto Magnificat, “como ya se había anunciado previamente en rumores de pasillo, desde la administración estábamos preparados.  Precisamente unos días antes habíamos mantenido una reunión con el cuerpo docente en la que habíamos puesto en común ideas para afrontar esta nueva aventura”. Gracias a sus conocimientos tecnológicos, durante la reunión varios profesores propusieron sistemas para gestionar las clases online y enviar materiales con seguridad, además de la utilización de plataformas para continuar con los ensayos y reunirse virtualmente con los alumnos, garantizando una enseñanza de alta calidad, y evitando reverberación y eco en las clases prácticas.

Durante estas semanas, sobre todo al principio, la dirección hizo un seguimiento del desarrollo de todas las clases. “Las que han tenido más éxito”, continúa fray Pari, “han sido las de teoría y solfeo: los chicos estaban acostumbrados a estar en clases con siete u ocho estudiantes, con los habituales problemas de distracción En esta ocasión, se reunían desde sus casas, ayudados solo por los padres, por lo que el aprovechamiento ha sido máximo.Sin embargo, a los que más les ha costado es a los pequeños, los principiantes, sobre todo de violín y violonchelo, porque tener un profesor que te corrige la posición del dedo sobre la cuerda, la postura de la mano y del cuerpo, es necesario desde el principio”.

Una vez que estuvimos seguros del buen funcionamiento de las plataformas online, nos encontramos con imprevistos.  Fray Alberto explica que “se han roto cuerdas, olvidado instrumentos. A veces el profesor tenía que ir a casa de los alumnos, provisto de guantes y mascarilla y guardando la distancia requerida, para encordar o ajustar un instrumento en el parking, o para devolverlo”. En general, ha sido un periodo que también ha dejado espacio para mucha creatividad, como se puede ver en los videos que han obtenido un gran éxito en la página de Facebook: en las clases de percusión, por ejemplo, el profesor sugirió utilizar un juego decazuelas de cocina para obtener diferentes sonidos y trabajar con ritmos diversos.

A pesar de todo, tan pronto como fue posible volver, el Magnificat retomó poco a poco su actividad habitual, en un principio de forma escalonada y usando los espacios más amplios y aireados, y poco después llegaron los exámenes finales. Todos han pasado los exámenes, algunos online y otros presencialmente. “Lo más valiente”, comenta fray Alberto, “ha sido enfrentarse a los exámenes de nivel, de paso de grado, cuya certificación y evaluación depende del conservatorio “A. Pedrollo” de Vicenza. Debo decir con orgullo que el 100% de los alumnos ha superado los exámenes y tres de ellos han sido seleccionados para el curso preparatorio en tres instrumentos distintos: violín, guitarra y piano”.

Otro aspecto a destacar ha sido el sorprendente trabajo de la orquesta: aunque no era posible reunirse, el director de orquesta decidió que los instrumentistas siguieran preparándose enviándoles las partituras online y supervisándoles, primero individualmente y después en grupos de cuatro, para definir finalmente la armonía total.  Lo mismo hizo el profesor de viento, que tocaba en pequeñas agrupaciones con los músicos a través de videoconferencia desde sus casas.

“Cuando fue posible reunirse de nuevo, pensamos en realizar un concierto de clausura. Debido a las nuevas restricciones impuestas sobre el territorio nacional, decidimos hacer un concierto a puerta cerrada, trasmitido por primera vez íntegramente en streaming directo a través de nuestra página de Facebook. El resultado fue sorprendentemente bueno, con más de tres mil quinientas visualizaciones y más de diez mil personas alcanzadas.  Números que auguran éxito incluso en el caso de que tuviéramos que usar de nuevo esta herramienta en el futuro”.

 

 

Giovanni Malaspina