En San Juan de Acre, bajo el cielo puro de abril, después de haber aparcado a la puerta del jan al franchi -caravasar en español-, dejando a nuestras espaldas el antiguo puerto y a los turistas israelíes, atravesamos a paso veloz la galería sobre la que destaca el león de san Marcos.
La escuela de la Custodia de Tierra Santa se sitúan en el enorme patio del jan.
En el tercer piso del edificio, en una sala de techo bajo utilizada como gimnasio y como sala de encuentros, fray Quirico, director de la escuela, preside una reunión con los estudiantes para la elección de sus delegados. «¡Queremos más vacaciones!», grita un estudiante con el cabello largo y negro. «¡Votad a Sanaa!», grita otro. «Escuchad -interviene fray Quirico en un árabe con acento italiano-. Tenemos que terminar, ahora es el momento de hacer preguntas a los cuatro candidatos». En una atmósfera animada, algunos se colocan en fila bajo el palco, cerca del micrófono, otros enseñan sus pancartas electorales o aplauden a su candidato.
En el primer piso, en forma de L, se encuentran las clases del colegio y del instituto. La escuela materna está fuera del jan, al final del promontorio, no lejos de la iglesia de San Juan Bautista. Nos dirigimos hacia la iglesia de San Francisco, o mejor hacia su parte superior... «Por falta de espacio, hemos tenido que construir el laboratorio en la parte superior de la iglesia. Mira, se pueden ver el ábside y las vidrieras». Saliendo por el pasillo, en dirección a la terraza, los estudiantes se dirigen a fray Quirico hablando bien de las elecciones, bien saludándole calurosamente, mientras se dirige cada uno a su clase. A los que llegan tarde les invitan vivamente a seguir a sus compañeros.
La terraza del Terra Sancta School -como se llaman todas las escuelas de la Custodia de Tierra Santa- ofrece una admirable vista de la ciudad vieja. El mar Mediterráneo refleja los rayos vespertinos del sol y mece al fondo las barcas de los pescadores. Sobre el enorme patio del caravasar, se ve ondear al viento caluroso la bandera con la cruz de Tierra Santa, emblema de la Custodia. Desde este vista que domina Acre, se ofrecen varios mundos aglomerados a la vista de los más curiosos. El establo -vecino al antiguo puerto de floreciente comercio, situado en el corazón de una de las ciudades más antiguas de la región y del más antiguo de los cuatro janes de Acre- hace de la escuela testigo de la historia antigua y contemporánea de la región.
Bajamos para ir a la guardería, a través de la ciudad vieja, donde los más pequeños escuchan fábulas. A nuestra llegada, algunos prestan atención y otros aprovechan para armar jaleo.
Fray Quirico nos explica que la escuela fue fundada en 1620, con la llegada de mercaderes procedentes de Europa... «pero oficialmente -prosigue el fraile- el instituto existe desde comienzos del siglo XVI; la fecha de 1620 corresponde a la compra realizada por la Orden de Hermanos Menores de las galerías y de las habitaciones al norte y noreste del caravasar». La compra fue realizada gracias a fray Tomás Obicini de Novara, custodio y amigo de Fajr al Din II, un poderoso señor local nombrado emir y príncipe de Galilea. El emir otorgó a fray Tomás la gruta de la Anunciación en Nazaret y una parte del jan de Acre donde, desde entonces, se encuentra la escuela.
«Al inicio -añade- los franciscanos se dedicaron a los católicos locales. Los frailes enseñaban liturgia y alcanzaban gran nivel en competencia lingüística». El árabe y el italiano -dos lenguas enseñadas en la escuela desde hace 400 años- servían para tratar con los ciudadanos locales y con Roma».
Muy pronto, la única escuela católica y cristiana de Acre se abrió al resto de confesiones; más tarde se hizo escuela mixta, siendo la única escuela de la ciudad que ofrece una enseñanza completa, desde la guardería hasta la entrada a la universidad.
Turca, inglesa y después israelí, de mano en mano, la escuela y su sistema pedagógico se han ido adaptando a la historia. «Bajo el Mandato británico, la escuela preparaba a sus estudiantes para el GCE, el diploma inglés de estudios secundarios, y ahora al Te'udat bagrut, el bachillerato israelí. Vivimos en Israel y hay que adaptarse», explica fray Quirico. En 1948, fecha simbólica que redujo hasta la mitad la presencia cristiana en Acre, la escuela se transformó en centro político y humanitario para los refugiados palestinos. Fray Albert Rock escribe que, durante la guerra de 1948, todos los días se servían 200 comidas a los refugiados procedentes de Haifa que huían de los combates dirigiéndose hacia el vecino Líbano.
Con la apertura a otras confesiones también tuvo que adaptarse el calendario. Los 530 alumnos siguen un calendario escolar único, adaptado a cada confesión, asegurando el mismo número de días de enseñanza exigido en el ciclo obligatorio y en el ciclo de secundaria.
Estudiantes bien formados
La escuela se distingue por el nivel de estudiantes que han aprobado el examen de Estado, que se acerca al 100%, frente al 60% del resto de escuelas públicas de la ciudad. Un gran número de estudiantes siguen sus estudios en la universidad, destacando luego tanto en el sector público como en el privado. Un exalumno de la escuela, Salim Yubrán, es hoy uno de los primeros doce jueces de la Corte Suprema israelí, y el primer árabe en haber recibido un nombramiento permanente. La escuela transmite a los estudiantes un mensaje de paz y tolerancia en la vida escolar y a través de las actividades extraescolares. La Tau Band, el centro de música y formación musical de la escuela, anima este espíritu de tolerancia entre los niños de Acre y otras ciudades desde la más temprana edad. De hecho, Acre está hermanada con Recklinghausen, en Alemania, y la escuela, con el liceo Petrinum de esta misma ciudad. Para preservar la herencia italiana del instituto y animar al aprendizaje de la lengua de Dante, la apertura cultural y lingüística, hay intercambios con algunas escuelas italianas.
El Terra Sancta School está inmerso en proyectos de reestructuración, disfrutando de las ventajas e inconvenientes ligados a su localización. «Tenemos muchos proyectos para la escuela, como la modernización de la guardería, por ejemplo, pero el gimnasio es nuestra prioridad. Los chicos no tienen una sala para hacer deporte», afirma fray Quirico, mostrando el patio exterior del caravasar, usado como aparcamiento. «Todo está listo, pero el permiso de construcción tarda en llegar. Esperamos comenzar cuanto antes». La escuela de Tierra Santa contribuye a una paz pragmática. Su posición geográfica, histórica y espiritual, a la que se añade la diversidad religiosa, es una ventaja que permite acompañar a la comunidad por caminos de justicia y reconciliación. «La escuela influye en la comunidad. Recientemente, el ayuntamiento ha organizado un encuentro entre judíos y árabes sobre el tema del perdón; de hecho, como afirmó san Juan Pablo II: "No hay paz sin justicia, y no hay justicia sin perdón". Es necesaria una paz justa y duradera».
Ficha de Identidad
Nombre : Colegio de Tierra Santa
Lugar: San Juan de Acre
Fecha de fundación: 1552 y 1620
Director: Fray Quirico Calella, desde 1995
Número de estudiantes: 530
Escuela mixta: 55 % chicas y 45 % chidos
Equipo pedagógico : 47 trabajadores
Nivel de estudios: escuela materna-bachillerato
Reparto según las religiones: 150 cristianos, 380 musulmanes, 0 judíos pero 4 jóvenes de familia de dos religiones.
Población de Acre: 47 000 habitantes
Ciudad mixta: 67 % judíos, 25,5 % musulmanes y 2,5 % cristianos; otros 5 %.
Protección: Miembro de la Organización de ciudades del patrimonio mundial (UNESCO) desde 2001.
Terre Sainte Magazine, en el número de septiembre-octubre de 2008, dedicó algunas páginas a fray Quirico y a la ciudad de San Juan de Acre: «Quirico, le veilleur de Saint-Jean-d’Acre».
Nazaret: camino de la ciudadanía respetando la identidad propia
Haifa: la escuela italiana de las carmelitas es ahora franciscana
Terra Santa School de Jafa : estudiantes árabes en el corazón de la sociedad israelí
Ramla, una comunidad cristiana aislada pero abierta al mundo
Texto y fotos de Nizar Halloun
La escuela de la Custodia de Tierra Santa se sitúan en el enorme patio del jan.
En el tercer piso del edificio, en una sala de techo bajo utilizada como gimnasio y como sala de encuentros, fray Quirico, director de la escuela, preside una reunión con los estudiantes para la elección de sus delegados. «¡Queremos más vacaciones!», grita un estudiante con el cabello largo y negro. «¡Votad a Sanaa!», grita otro. «Escuchad -interviene fray Quirico en un árabe con acento italiano-. Tenemos que terminar, ahora es el momento de hacer preguntas a los cuatro candidatos». En una atmósfera animada, algunos se colocan en fila bajo el palco, cerca del micrófono, otros enseñan sus pancartas electorales o aplauden a su candidato.
En el primer piso, en forma de L, se encuentran las clases del colegio y del instituto. La escuela materna está fuera del jan, al final del promontorio, no lejos de la iglesia de San Juan Bautista. Nos dirigimos hacia la iglesia de San Francisco, o mejor hacia su parte superior... «Por falta de espacio, hemos tenido que construir el laboratorio en la parte superior de la iglesia. Mira, se pueden ver el ábside y las vidrieras». Saliendo por el pasillo, en dirección a la terraza, los estudiantes se dirigen a fray Quirico hablando bien de las elecciones, bien saludándole calurosamente, mientras se dirige cada uno a su clase. A los que llegan tarde les invitan vivamente a seguir a sus compañeros.
La terraza del Terra Sancta School -como se llaman todas las escuelas de la Custodia de Tierra Santa- ofrece una admirable vista de la ciudad vieja. El mar Mediterráneo refleja los rayos vespertinos del sol y mece al fondo las barcas de los pescadores. Sobre el enorme patio del caravasar, se ve ondear al viento caluroso la bandera con la cruz de Tierra Santa, emblema de la Custodia. Desde este vista que domina Acre, se ofrecen varios mundos aglomerados a la vista de los más curiosos. El establo -vecino al antiguo puerto de floreciente comercio, situado en el corazón de una de las ciudades más antiguas de la región y del más antiguo de los cuatro janes de Acre- hace de la escuela testigo de la historia antigua y contemporánea de la región.
Bajamos para ir a la guardería, a través de la ciudad vieja, donde los más pequeños escuchan fábulas. A nuestra llegada, algunos prestan atención y otros aprovechan para armar jaleo.
Fray Quirico nos explica que la escuela fue fundada en 1620, con la llegada de mercaderes procedentes de Europa... «pero oficialmente -prosigue el fraile- el instituto existe desde comienzos del siglo XVI; la fecha de 1620 corresponde a la compra realizada por la Orden de Hermanos Menores de las galerías y de las habitaciones al norte y noreste del caravasar». La compra fue realizada gracias a fray Tomás Obicini de Novara, custodio y amigo de Fajr al Din II, un poderoso señor local nombrado emir y príncipe de Galilea. El emir otorgó a fray Tomás la gruta de la Anunciación en Nazaret y una parte del jan de Acre donde, desde entonces, se encuentra la escuela.
«Al inicio -añade- los franciscanos se dedicaron a los católicos locales. Los frailes enseñaban liturgia y alcanzaban gran nivel en competencia lingüística». El árabe y el italiano -dos lenguas enseñadas en la escuela desde hace 400 años- servían para tratar con los ciudadanos locales y con Roma».
Muy pronto, la única escuela católica y cristiana de Acre se abrió al resto de confesiones; más tarde se hizo escuela mixta, siendo la única escuela de la ciudad que ofrece una enseñanza completa, desde la guardería hasta la entrada a la universidad.
Turca, inglesa y después israelí, de mano en mano, la escuela y su sistema pedagógico se han ido adaptando a la historia. «Bajo el Mandato británico, la escuela preparaba a sus estudiantes para el GCE, el diploma inglés de estudios secundarios, y ahora al Te'udat bagrut, el bachillerato israelí. Vivimos en Israel y hay que adaptarse», explica fray Quirico. En 1948, fecha simbólica que redujo hasta la mitad la presencia cristiana en Acre, la escuela se transformó en centro político y humanitario para los refugiados palestinos. Fray Albert Rock escribe que, durante la guerra de 1948, todos los días se servían 200 comidas a los refugiados procedentes de Haifa que huían de los combates dirigiéndose hacia el vecino Líbano.
Con la apertura a otras confesiones también tuvo que adaptarse el calendario. Los 530 alumnos siguen un calendario escolar único, adaptado a cada confesión, asegurando el mismo número de días de enseñanza exigido en el ciclo obligatorio y en el ciclo de secundaria.
Estudiantes bien formados
La escuela se distingue por el nivel de estudiantes que han aprobado el examen de Estado, que se acerca al 100%, frente al 60% del resto de escuelas públicas de la ciudad. Un gran número de estudiantes siguen sus estudios en la universidad, destacando luego tanto en el sector público como en el privado. Un exalumno de la escuela, Salim Yubrán, es hoy uno de los primeros doce jueces de la Corte Suprema israelí, y el primer árabe en haber recibido un nombramiento permanente. La escuela transmite a los estudiantes un mensaje de paz y tolerancia en la vida escolar y a través de las actividades extraescolares. La Tau Band, el centro de música y formación musical de la escuela, anima este espíritu de tolerancia entre los niños de Acre y otras ciudades desde la más temprana edad. De hecho, Acre está hermanada con Recklinghausen, en Alemania, y la escuela, con el liceo Petrinum de esta misma ciudad. Para preservar la herencia italiana del instituto y animar al aprendizaje de la lengua de Dante, la apertura cultural y lingüística, hay intercambios con algunas escuelas italianas.
El Terra Sancta School está inmerso en proyectos de reestructuración, disfrutando de las ventajas e inconvenientes ligados a su localización. «Tenemos muchos proyectos para la escuela, como la modernización de la guardería, por ejemplo, pero el gimnasio es nuestra prioridad. Los chicos no tienen una sala para hacer deporte», afirma fray Quirico, mostrando el patio exterior del caravasar, usado como aparcamiento. «Todo está listo, pero el permiso de construcción tarda en llegar. Esperamos comenzar cuanto antes». La escuela de Tierra Santa contribuye a una paz pragmática. Su posición geográfica, histórica y espiritual, a la que se añade la diversidad religiosa, es una ventaja que permite acompañar a la comunidad por caminos de justicia y reconciliación. «La escuela influye en la comunidad. Recientemente, el ayuntamiento ha organizado un encuentro entre judíos y árabes sobre el tema del perdón; de hecho, como afirmó san Juan Pablo II: "No hay paz sin justicia, y no hay justicia sin perdón". Es necesaria una paz justa y duradera».
Ficha de Identidad
Nombre : Colegio de Tierra Santa
Lugar: San Juan de Acre
Fecha de fundación: 1552 y 1620
Director: Fray Quirico Calella, desde 1995
Número de estudiantes: 530
Escuela mixta: 55 % chicas y 45 % chidos
Equipo pedagógico : 47 trabajadores
Nivel de estudios: escuela materna-bachillerato
Reparto según las religiones: 150 cristianos, 380 musulmanes, 0 judíos pero 4 jóvenes de familia de dos religiones.
Población de Acre: 47 000 habitantes
Ciudad mixta: 67 % judíos, 25,5 % musulmanes y 2,5 % cristianos; otros 5 %.
Protección: Miembro de la Organización de ciudades del patrimonio mundial (UNESCO) desde 2001.
Terre Sainte Magazine, en el número de septiembre-octubre de 2008, dedicó algunas páginas a fray Quirico y a la ciudad de San Juan de Acre: «Quirico, le veilleur de Saint-Jean-d’Acre».
Nazaret: camino de la ciudadanía respetando la identidad propia
Haifa: la escuela italiana de las carmelitas es ahora franciscana
Terra Santa School de Jafa : estudiantes árabes en el corazón de la sociedad israelí
Ramla, una comunidad cristiana aislada pero abierta al mundo
Texto y fotos de Nizar Halloun