En el camino, como Cleofás y Simeón | Custodia Terrae Sanctae

En el camino, como Cleofás y Simeón

Guíados por el evangelio de Lucas, el 30 de septiembre fue un día importante para el santuario de Emaús: la fiesta de los santos Cleofás y Simeón.

El santuario de EmaúsEl-Qubeibeh fue adquirido en 1861 por la marquesa y sierva de Dios Paolina de Nicolay y donado a la Custodia de Tierra Santa. Desde entonces, varias excavaciones han llevado al descubrimiento de los restos de la basílica cruzada junto con la “casa de Cleofás” y algunas casas del poblado medieval alineadas a lo largo de la calle. Hace aproximadamente un año la fraternidad franciscana se convirtió en interobediencial, y en la actualidad está formada por dos frailes menores y dos conventuales.

“La misa del Lunes del Ángel es muy distinta a la misa de la fiesta del santuario”, explica fray Salem, superior del convento, donde vive desde hace cinco años. “La primera pone la atención en el camino de Jesús desde Jerusalén a Emaús inmediatamente después de la resurrección: es Jesús quien es reconocido en el acto extraordinario de partir el pan y ese día es un reclamo para muchos peregrinos; hoy, sin embargo, festejamos a los anfitriones. Estamos en el lugar donde vivieron y así cada año recordamos su presencia, su fiesta y su acogida como narra el famoso episodio bíblico. Igual que ellos recibieron a Jesús, hoy nosotros nos sentimos obligados a acoger a quien quiera venir a celebrar con nosotros”.

La homilia del Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, comenzó describiendo la desilusión de los dos discípulos, sentimiento que forma parte de la naturaleza humana. Estaban profundamente decepcionados, no por los hechos sino por el propio Jesús, que había despertado en ellos muchos sentimientos de esperanza nueva pero que,sin embargo, había sido crucificado y, sobre todo, no se hallaba dentro del sepulcro. “Si queremos seguir el camino de los discípulos de Emaús, es necesario que tengamos el valor de mostrar y poner delante de Jesús, simplemente afligiéndonos con él, nuestras desilusiones”.

Fray Patton recordó que Dios responde siempre a las peticiones de los hombres y lo hace de forma directa y potente. La respuesta al sentimiento de desilusión que todos pueden experimentar está en la llamada de Jesús a que no nos acomodemos a la mentalidad del mundo sino que sigamos la Palabra de Dios, principalmente en los momentos de desilusión. “Cada vez que Jesús anuncia que va hacia la Pascua – afirmó el padre Custodio – intenta explicar que esta es la clave de lectura de toda su vida y su misión, de toda la revelación y toda la historia, pero también es la clave para leer nuestra vida y nuestra vocación, la clave de lectura de la Iglesia en su caminar a lo largo de la Historia”.

La sugerencia del Custodio fue “dejarnos educar por los santos Cleofás y Simeón” para obtener la gracia de interpretar nuestras desilusiones a la luz del misterio pascual, reconociendo a Dios cada vez que partimos el pan. Deseo, concluía, que podamos caminar, ya no “como fugitivos, desilusionados y quejumbrosos”, sino caminar con Cristo, que está vivo y camina delante de nosotros.

Giovanni Malaspina