El padre Eugenio Alliata recibe el premio “Padre Michele Piccirillo” | Custodia Terrae Sanctae

El padre Eugenio Alliata recibe el premio “Padre Michele Piccirillo”

El premio internacional de investigación sobre bienes culturales “Padre Michele Piccirillo” ha sido otorgado al padre Eugenio Alliata. El profesor del Studium Biblicum Franciscanum recibió el reconocimiento que lleva el nombre del fallecido fraile franciscano de la Custodia de Tierra Santa, arqueólogo de fama internacional.
La ceremonia de entrega del premio “In Memoriam: Fr Michele Piccirillo, ofm (1944-2008). Celebrando su vida y su obra” tuvo lugar en la italiana Carinola, en la provincia de Caserta, ciudad natal del padre Michele Picirillo y promotora de la tercera edición de la iniciativa. El 28 de octubre se reunieron en el convento de San Francisco autoridades civiles, religiosas y del mundo académico.

El acto se desarrolló bajo el patrocinio de la Custodia de Tierra Santa, el Ministerio de Bienes Culturales y el Senado de la República italiana, el Consejo Regional de Campania, el Ayuntamiento de Carinola y la provincia napolitana de la Orden de Frailes Menores. Dio la bienvenida el arquitecto Corrado Valente, presidente del Archeoclub Carinola, organizador del premio. Asistieron también el comisario general de Tierra Santa, fray Sergio Galdi, que pronunció ante los presentes la laudatio de fray Eugenio Alliata. Fray Sergio habló de Michele Piccirillo y de Eugenio Alliata ensalzando los méritos de ambos, y citando también las muestras de afecto que muchos frailes le habían expresado hacia el ganador del premio. El mismo fray Michelle Piccirillo decía de él: «En las campañas de excavación el padre Alliata fue siempre responsable de la estratigrafía y del estudio de las tipologías cerámicas principalmente de época bizantina omeya-abasí, de las que se convirtió en un maestro al que recurren los investigadores de ese campo para pedir opinión. A él deben los estudiosos la publicación de la técnica cerámica rústica de fabricación beduina encontrada en relación con los últimos testimonios de ocupación de las iglesias ya abandonadas de Umm al–Rasas, fechada en el siglo X» (cfr. Archivo SBF).

El conocido arqueólogo franciscano de la Flagelación, padre Stanislao Lofredda, por su parte, en su declaración sobre las competencias específicas del padre Alliata, escribía: « Trabaja, y se diría que trabaja siempre “para los demás”. Su disponibilidad es ejemplar: en las excavaciones, al escribir, al enseñar, en su trabajo como redactor. Siempre está en primera línea, pero tiene un punto débil: necesita estar junto a otros o, por lo menos, ponerse detrás de las bambalinas, evitando cualquier apariencia de protagonismo».
« El padre Eugenio Alliata es un docente y un investigador “excepcional” – afirmaba Claudio Bottini, ex decano y profesor emérito del Studium Biblicum Franciscanum. Aquí en la casa no hay ningún docente o hermano – incluso las hermanas – que no haya experimentado su competencia en muchísimos campos y no se haya beneficiado de su bondad. Sus cursos están entre los más frecuentados por los estudiantes y no pocas personalidades, cuando vienen a Tierra Santa, piden que sea él quien les guíe en las visitas a los Lugares Santos o a las localidades de interés arqueológico. Los arqueólogos israelíes lo tienen en gran consideración y le consultan, especialmente para excavaciones de época neotestamentaria, bizantina y cruzada. La lista de sus publicaciones no muestra suficientemente sus méritos científicos» (cfr. Archivo SBF).

Fray Sergio Galdi expresaba su viva emoción por participar en el premio. «A mí y a muchos otros de sus hermanos no nos queda más que mostrar un verdadero y emocionado agradecimiento por cómo hoy se rinde homenaje a estos dignos hijos de San Francisco».
Fue, por tanto, una fiesta de dos frailes de la Custodia de Tierra Santa, de los que se destacó su gran valor humano e intelectual. Un reconocimiento que, al final, llegó también del alcalde de la ciudad: «Como alcalde debo felicitar al arqueoclub de Carinola por la gran intuición que tuvo al crear el premio Padre Michele Piccirillo, un hombre que poseía un cúmulo de virtudes humanas e intelectuales que le convierten en un verdadero monumento y una referencia que nos debe inspirar siempre».

B.G.